Crónicas del Páramo 17 3s4r5o

Bienvenidos, bienvenidas un día más a las Crónicas del Páramo y hoy tenemos un programa muy especial. Tenemos, por supuesto, a nuestra estrella lúdica que nos acompaña en casi todos los vídeo podcast, que es el Sargento Ipón. ¿Qué tal, Sargento? Ojalá cobras el sueldo de una estrella.

Ya eres, ya eres. De todas maneras, no hay que mirar tanto lo material, ¿no te parece? Sí, sí. Tienes toda razón. Las facturas se pagan con ilusión y buenas intenciones. Pero bueno, ¿qué tal? ¿Cómo va la tarde? Pues la verdad es que muy bien. Además, hoy sí también tenemos una estrella mediática en el mundo de la ludosfera aquí con nosotros. Además, que teníamos muchas muchas ganicas de tenerlo en el vídeo podcast, que es Adrián Alba y que mucha gente lo conoce como Mefi por todas sus redes sociales y YouTube. Bueno, que no te dejo hablar. Bienvenido, Mefi.

Muchas gracias por la invitación. Ludosfera a mí me queda lejos. Yo soy aquí un tío en su casa haciendo vídeos y poco más. Haciendo vídeos, diseñando juegos, haciendo podcast, vídeo podcast. Y cada día más cosas. Es una locura. Oye, yo quería contarlo primero que ¿qué pasa aquí? El sargento hoy no se ha puesto cámara.

Resulta que en los programas anteriores ha puesto cámara y hoy no me quiere ver la cara. No, hombre, no. Ahora que la habíamos explotado, ¿qué razón tienes? No empecemos con mal pie. Es que mi ordenador portátil ha sufrido un accidente y estoy con uno bastante más antiguo que tengo que la cámara no le funciona.

Entonces, aparte que además así puedo seguir grabando en calzoncillos y sin camisetas, que es como realmente yo me siento cómodo. Entonces, pues, matamos dos palos un tiro.

Bueno, entonces te lo perdonaré. Pero bueno, que igualmente puedes poner la cámara aunque estés en calzoncillos y sin camiseta. Únicamente te pedimos la depilación láser, ¿sabes? Es que ese es el problema, que yo soy de la vieja escuela. Es decir, el hombre y el oso contra más pelo más hermoso. O sea, que ya el resto se queda en la imaginación de cada uno.

Sí, yo también voy a tope de pelo por todas partes. Es algo que está ahí.

Donde hay pelo hay alegría.

No es un programa de juegos de mesa ni de una editorial. Es un programa de bellos.

De bellos, bellos.

De bellos, bellos.

Cuidado.

Eso es.

Bueno, pues hoy realmente tenemos un podcast así un poco la intimidad.

Estaremos nosotros tres.

Me ha dicho Julio que igual se apuntaba si podía con el podcast avanzado.

Pero bueno, si no, pues voy a un videopodcast.

Que normalmente, Sargento, siempre estamos aquí con la pantalla a tope, ¿no? De piña, ¿no? Sí, la verdad.

Se agradece de vez en cuando tener una charla así, un café para tres, ¿no? Como se suele decir, más tranquilo, ¿no? Más...

Es como lo más controlado.

Claro, cuando hay mucha gente, al final siempre se genera ahí un batiburrillo.

Y muchos temas importantes se dejan en el tintero.

Porque hoy tenemos temas muy importantes que tratar.

Muy importantes.

Bueno, yo creo que una de las cosas más importantes a tratar es que por fin te han invitado al podcast en solitario más importante que hay, ¿no? Que es solo en balda.

¿Qué tal esa sensación? Ojito.

¿Has tenido que sobornar a Ginkgo? ¿Qué ha pasado? Cuenta.

No, no, hombre.

Debo reconocer que yo ya había perdido toda esperanza.

O sea, me refiero.

De hecho, entrar a colaborar en Huevorama era un intento desesperado por llamar la atención.

A ver si me llamaban de una vez.

Y mira, al final...

Surtió efecto.

Me llamaron.

Espero que no tarden 300 programas más en invitarme una segunda vez.

Yo ya voy teniendo una edad y no sé si llegaré.

Yo la verdad es que solo he oído los primeros como 20 minutos.

Mañana que tenga un viaje a Guadalajara pues me lo escucharé en el coche.

Pero bueno, es el vídeo podcast creo que el 288, ¿no? Sí, es posible.

284, perdón.

Pimienta en rama.

Lo tenía aquí abierto.

Entonces, bueno, ahí das unas exclusivas pero que también podemos darlas en nuestro canal ¿no? Ya no es exclusiva, pero...

Bueno, bueno.

Depende porque puede darse el caso de que...