Crimecast: "Política Criminal" 333s5a

El podcast del Laboratorio de Criminología de la Universidad Europea de Madrid.

Hola, bienvenidos al tercer episodio de Crimecast, el podcast de Criminología de la Universidad Europea de Madrid.

Nuestros oyentes ya me conocerán de anteriores entregas, para quien no haya llegado nuevo.

Yo soy Mario Muñoz, soy profesor en los grados de Criminología y Psicología, y en esta entrega nos acompañan Jana, Asia y Enrico.

Son alumnos del doble grado en Criminología y Psicología, bienvenidos.

Hola, buenos días.

Aprovecho también para saludar a nuestro querido compañero, David Temprano, quien no puede acompañarnos, lamentablemente, en el día de hoy.

Es el artífice de todo esto, como ya sabéis.

Y, bueno, agradecer también, brevemente, a Miguel Ángel, la persona que está detrás de los micrófonos haciendo todo esto posible.

En el día de hoy, para conocer un poco mejor qué es esto de la criminología, abordaremos el concepto de política criminal, queremos conocer su importancia, vamos a reflexionar sobre los principales objetos de estudio de esta asignatura, y nosotros tenemos aquí ya unos cafés, os invito a que nos acompañéis durante los próximos 30 minutos con un té, un café, o quien se atreva, con algo más espirituoso.

Comenzamos.

La criminología, la política criminal y el derecho penal están íntimamente relacionados.

La criminología es una ciencia empírica que estudia las causas y efectos del delito, del delincuente y de las víctimas, mientras que la política criminal se nutre de estos datos para regular la intervención del Estado frente al delito.

Entonces, analiza la realidad social para promover cambios en la legislación.

El derecho penal está ahí para sistematizar las normas, principios y consecuencias penales.

Sabemos que la política criminal ha evolucionado bastante durante el curso del tiempo.

Por ejemplo, en los orígenes de la política criminal, la lógica era muy simple, si cometes un delito, recibes una pena, un castigo, y no importaban ni las circunstancias ni la proporcionalidad del castigo.

Simplemente era una justicia puramente retributiva, lo cual el objetivo era devolver el daño con otro daño.

Ahora, sabemos que se ha evolucionado mucho a lo largo del tiempo.

El ejemplo más lampante que me viene a la cabeza es el Código de Hammurabi, que, porque no he estudiado mucho en el colegio, es uno de los primeros sistemas legales escritos, que aplicaba literalmente la ley del tallón, el ojo por ojo.

Era un sistema automático, inflexible y, a veces, brutal.

Luego sabemos que, durante siglos, esta visión se mantuvo, además reforzada por la influencia religiosa del cristianismo.

El delito no era solo una falta contra la ley humana, sino que el delito era también una ofensa contra el orden sagrado.

Y el castigar no era solo hacer justicia, perdón, era purificar, expiar del pecado nuestro mundo.

Todo esto cambia, obviamente, con la llegada de la Ilustración, porque aparece una nueva forma de pensar, una manera un poco más sofisticada, podríamos decir, que cuestiona ese castigo por castigo.

Por ejemplo, por deformación geográfica, yo soy un gran amante del César Beccaria, su obra maestra, De delitte e delle pene, empieza a hablar de un castigo que tiene tres características fundamentales.

Que sea racional, que sea proporcional y que sea útil, es decir, orientado a prevenir el delito.

¿Por qué es muy importante Beccaria, sobre todo, en este periodo histórico? Porque rompe con la lógica del miedo y propone que las penas deben tener una función disuasoria y no vengativa.

Y por esto se produce un cambio radical, porque se empieza a hablar de política criminal como una herramienta útil al servicio de la sociedad y no como simple represalia.

Y desde ahí, de hecho, nacen dos grandes corrientes de la política criminal, que es la escuela clásica y, poco tiempo después, la escuela positiva.

La escuela clásica era un poco más tierra-tierra, podríamos decir.

Ellos pensaban que las personas actúan con libertad y responsabilidad moral.

Y, de hecho, si te eliges delinquir, debes asumirte las consecuencias.

El positivismo nació un poco como una crítica a esta corriente de pensamiento, porque ha cambiado completamente el foco.

No todos delincuen por elección racional, pero hay factores sociales, biológicos y psicológicos muy importantes que influyen en la conducta, obviamente.

Y eso implica que el Estado ya no solo debe castigar, sino también entender y, cuando sea posible, intervenir para rehabilitar, lo que abre la puerta a políticas de rehabilitación y prevención social como hoy en día.

Ahora que estás hablando de la ilustración y cómo afecta al derecho penal, también vemos...