CONSUMADO - Pst. Chak García 451s6c

Hola amigo, yo soy Chuck García de Foam Ministries y le damos la bienvenida a este espacio para que con la comodidad del audio usted pueda escuchar nuestras enseñanzas en cualquier lugar. Si ese edificado recibe algo sobrenatural de parte de Dios, no olvide decírnoslo. Esto nos anima a seguir trabajando. Recuerde que puede comunicarse con nosotros en Colombia al whatsapp 316-424-2743 y en Estados Unidos al 305-780-1472.

Para más de nosotros visite www.imfo.org. El trabajo de Jesús en la cruz dejó la cuenta en ceros. ¿Qué quiere decir esto? Pagó toda nuestra deuda. Nadie que crea en Jesús debe algo en los cielos. Nadie que crea en Jesús tiene una cuenta pendiente con Dios. Jesús pagó todo. Pero funciona en las dos vías. Nadie que crea en Jesús puede reclamar que hizo falta algo del cielo. Nadie que crea en Jesús puede reclamar que Dios le faltó alguna bendición.

La cuenta quedó en cero de aquí hacia arriba y del cielo hacia nosotros. Estamos en cero. No debemos nada a Dios. Dios no nos debe nada. ¿Entendemos eso? Vamos a Juan 19, Evangelio según San Juan, capítulo 19, verso 28. Ahora yo digo entendemos eso y las personas dicen sí, sí yo lo entiendo. Pero tenemos que refrescar y actuar conforme a eso. Cuando entré a Zepco y cuando hicimos remate nos enseñaron que había conciencia de pecado y conciencia de justicia.

La conciencia de pecado nos lleva a aceptar a Jesús como nuestro Salvador. O sea, saber que hemos pecado nos hace necesitar un Salvador. ¿Vamos entendiendo hasta ahí? Pero después de haber creído en Jesús debemos desarrollar conciencia de justicia. O sea, ser conscientes de cuán justo nos hizo Jesús en la cruz. Muchos cristianos solamente llegan a la primera parte, conciencia de pecado y reciben a Jesús y van a ir al cielo y van a estar bien.

Pero es mejor cuando desarrollamos la conciencia de justicia porque ahora podemos vivir en este mundo en victoria, caminar en victoria, recibir todo lo que ganó Jesús para nosotros en la cruz, que no solamente fue salvación, también es victoria. Amén. Entonces vamos a ver eso un poquito a grandes rasgos, no vamos a poder profundizar eso mucho. En Zepco hay una clase de justicia, se llama justicia de Dios. Vamos a Juan capítulo 19, verso 28.

Recuerda que vimos la semana pasada que Él cuida de nosotros, que en sus últimos instantes dejó la vida resuelta a María, dejó la vida resuelta de María y así piensa Él. De Él no viene nada malo, de Él solo vienen cosas buenas. Él resolvió nuestra vida en la cruz. Entonces digamos, dice Jesús sabía que su misión ya había terminado, para cumplir las Escrituras dijo tengo sed. Ahora Jesús sabía cuáles eran los versículos que tenían que cumplirse y unos se cumplían de forma automática como Judas traicionándolo y otros Él los ocasionaba.

O sea, Él sabía que la Escritura decía eso, entonces ok vamos a hacerlo y debemos de llegar a pensar allá. Es otra enseñanza pero tendríamos que llegar a pensar de esa forma. La Escritura dice esto, vamos a hacerlo, cumplir la Escritura, listo. Dice tengo sed, vamos a mirar un poquito esto, por qué lo dice. En el Salmo 22, verso 15, no vaya hasta allá yo se lo leo rápido, dice como tiesto seco se secó mi vigor y mi lengua se pegó a mi paladar, me has puesto en el polvo de la muerte.

Ahora piensa en la agonía que está viviendo Jesús a tal punto que pide algo de beber. No sé si lo ha visto en algún otro pasaje de la Biblia decir eso. Sabemos que tenía hambre y fue a buscar higos en la higuera, pero en este punto no se puede suplir el mismo, está clavado en la cruz y la agonía, la situación, el momento es tan duro que está pidiendo ayuda.