La clave para escoger a tus socios, pareja y amigos - Daniel Habif en Destellos de Sabiduría 3n6j2d

Bienvenidos, bienvenidas, a un nuevo podcast de Estellas de Sabiduría. Hoy estamos en un sitio diferente, estamos en Madrid, nos hemos venido con el equipo de Madrid, pero porque la ocasión lo merece. Hoy tenemos a un grandísimo invitado, que ya lo consideramos un amigo, podríamos decir, y que seguro conoceréis, porque si no conocéis es que vivís en otro planeta, básicamente, y hoy especialmente los latinos van a estar muy contentos con nosotros, porque tenemos ni más ni menos a Daniel Javís. ¿Qué tal, Daniel? Querido amigo, querida, un gusto, qué gusto. Hemos estado riendo, esta sonrisa que traemos es previa, estamos aquí de cachondeo.

Para mí, Daniel, aparte de ser un amigo, bueno, soy una fiel iradora y seguidora tuya. Nos conocimos hace años ya en México, éramos más jóvenes ambos, y me acuerdo que, bueno, desde ese momento que te conocí, te empecé a seguir toda tu trayectoria y quiero agradecer esta oportunidad para agradecerte, en nombre de seguramente muchas personas, por tu labor, por todo lo que llegas a hacer, por tu labor titánica, porque de verdad que eres un guerrero y creo que no hay alma que no reaccione y que no pueda sentir esa profundidad y esa intensidad que te caracteriza en tu mensaje, en tu manera de comunicarte.

Muchas gracias, Daniel. De hecho, antes repasábamos los números. Más de un millón de copias vendidas en tus tres libros, Inquebrantables, Las trampas del miedo y ruge, más de 23 millones de seguidores en tus redes, más de 500 millones de visitas en tus vídeos y más de 500 conferencias, logrando vender más de 200.000 entradas en los estadios más importantes del mundo.

Y una persona como tú, cuando ves esta trayectoria, cuando escuchas estos números, ¿cuál es la sensación que te queda en el cuerpo cuando ves tu recorrido? Muchas veces no me la creo del todo, porque sé que ahí hay algo que tampoco me pertenece del todo, entonces sé que es porque ha habido gracia y ha habido una bendición que sobrepasa también el esfuerzo, la diligencia o la tenacidad o la terquedad que puedo que puedo tener y lo aprovecho al máximo, porque eso no siempre dura y tampoco creo que soy mis éxitos, entonces como que no me aferro a ello.

Los números pueden sonar importantes y son relevantes en cierto contexto, pero nunca he convertido a la gente en un en un número, nunca me he esclavizado a los views, no empecé por eso, ni sigo haciendo lo que hago por eso. Avanzo porque pues es como un fuego que arde y que al mismo tiempo te va consumiendo obviamente, pero me siento privilegiado.

A veces me siento completamente indigno por supuesto de lo que he logrado conseguir y no lo digo desde una falsa humildad ni nada por el estilo, sino vuelto a ver y digo coño si le he echado muchas ganas, le he echado muchas bolas, he trabajado diligentemente, he estudiado, me he preparado para hacer lo que hago, pero aquí hay un toque de dios y si no fuera porque a ese le pegó la gana no creo tampoco que hubiera sucedido. No puedo pretender que esa gloria sea mía, siempre lo he hecho para él y hasta el día de hoy me he mantenido por lo menos estable en ello.

Uno no puede valorarse por lo que produce y aunque en ocasiones tengo que aceptar que pude haber caído a lo mejor en la trampa porque hay días en donde el ego lo nutriste un poquito de más. Es fácil caer ahí. Y a lo mejor medio te sacudes y puedes creer que lo estaba haciendo bien últimamente. Pero aprovecho que Dios me ha dado ese privilegio. Yo digo que soy un hombre que está hecho de gracia, entonces ha sido la gracia de Dios la que me ha puesto ahí.

Has dicho que hay momentos en los que puede quemarte esto. Es posible que sientas que estás en una especie de... claro, la respuesta de la gente hace que puedas sentirte en una especie de obligación de la que no puedes salir, en un buque que no puedes salir. Como que esto te presiona a seguir haciendo lo que haces sin poder parar. Como te mencioné, pude haber caído en