El ciclo del hombre lobo | Stephen King | Análisis del libro 2y4z3

Hola a todos, bienvenidos de nuevo a los Supervivientes de la Indianapolis. No, esto no es un sueño, no es una proyección astral, sí, hemos vuelto con la iniciativa aquí, pero no hemos vuelto porque en realidad nunca nos fuimos, no hemos tomado un tiempo para pensar, ¿verdad, Tony? No se puede decir que nos hayamos ido porque esto está en nuestros corazones, esto está en nuestro horizonte y te diría que es hasta nuestro camino.

Así que, ¿cómo se puede decir que nos hayamos ido? Cuando hablamos constantemente, cuando esto no lo dejamos morir, la llama, pues, está todavía en el mechero y esto no se va a apagar hasta el final. Y el final ya sabemos cuándo se va a marcar, ¿verdad? Evidentemente, esto se extinguirá con la triste partida de Stephen King y hasta ese momento pues, seguiremos.

Y con la ilusión de siempre, con la intención de siempre, que es que esto exista, pasarlo bien, sacar conclusiones y autoaclararnos, sobre todo, sobre todo eso. Pero, como todo en la vida, acaba siendo una demostración de amor, una demostración de amor hacia el libro, hacia la compañía, hacia el autor y hacia las personas a las que este contenido pueda heredar.

Así que, si no te importa, Tony, lo voy a reducir, al menos hoy, a una cuestión de amor.

Yo sigo en el programa Apocalipsis. ¿Dónde estamos? ¿Dónde estoy? ¡Dos los dátiles! ¡Pásame los dátiles! Y ya vamos para adelante.

No, hombre, ya en serio, yo estoy encantadísimo, como tú bien dices, no ha sido nada, aunque la coña de hemos vuelto mola mucho, sobre todo cuando en Twitter lo ponemos con gif molones, nunca nos hemos ido. Simplemente hemos tardado un poquito más en hacer el siguiente programa.

La vida a veces atropella. Por lo que sea, ya está. Por lo que sea, por lo que sea.

Y lo importante es, como tú bien dices, ese amor, ese amor que nos tenemos, ese amor hacia el libro, ese amor hacia aquí, ese amor hacia vosotros, oyentes constantes, que sabemos muy bien que habéis estado ahí, ahí ansiando, ha sido ansiando el siguiente programa de la iniciativa Stephen King, y el amor hacia la literatura, y en este caso concreto hacia la literatura de terror.

Y efectivamente, cuando nosotros dijimos que íbamos a ir adelante y que esto iba a acabar, como tú bien dices, Dani...

Como el Rosario de la Aurora.

Como el Rosario de la Aurora, con el triste fallecimiento. Esperemos que dentro de muchísimo, de muchísimo, de muchísimo de nuestro tito King, pues cumplimos, estamos cumpliendo, estamos cumpliendo, y vamos a continuar, y esto es imparable.

Y esperamos, y esperamos, y creo que vamos en serio con ello, siempre hemos ido en serio, retomar la actividad aquí indiana con mayor regularidad.

Bueno, yo creo que al final es volver, no solo a una elección personal, sino volver a lo que ha hecho característico a este programa.

Sinceramente, porque si alguien piensa en los supervivientes de la Indianápolis, pues creo que eso nos puede conocer o reconocer, como queráis llamarlo, de muchas formas, pero creo que la casa de la iniciativa Stephen King, que quiera que te diga, Toni, es un distintivo muy bonito y que yo llevo con mucho honor.

Hombre, yo también, que te voy a decir, estoy muy orgulloso de lo que estamos haciendo aquí, de lo que llevamos hecho, que son ya unos años, que se dice pronto, el tiempo ha pasado rápido, y eso es muy buena señal.

Muy orgulloso de la, como tú dices, en plan, la casa del dragón, la casa de la iniciativa King, vamos a tener que hacer nuestro propio emblema, ¿no? Y muy orgulloso de esa comunidad que se ha ido creando. A mí me encanta que nos hayan pedido, de nuevo, volvemos a regresar, aunque no nos hayamos ido. Todas las conversaciones que hemos tenido detrás, Off the Record, El Sound the Record, que algún día desvelaremos, y ya verás tú que programazo vamos a hacer.

Por favor, no. Que tendríamos también que subir las fotos.

Y hemos continuado ahí, hemos continuado ahí, y está en la demostración viva de ello.

Desde luego. Yo, ya te digo, yo estoy encantado. Estoy encantado y encima se ha demostrado que no solo no tenemos espacio y no tenemos tiempo, sino que no tenemos vergüenza, porque es que estamos grabando cerca de las 12 de la noche, es casi domingo.

Domingo, el domingo en el que yo tengo pensado subir esto. Fíjate, no he querido hacer un directo sobre esto, porque por lo que pudiera pasar, si tenemos que parar a lo que sea, un brevísimo descanso, a recargar fuerzas, pues que no se viera, que no se viera.

Y creo que para el tema que nos ocupa hoy no es necesario hacer un grandísimo evento.

Yo es cierto, y te lo me quito ya la palabra,