Capítulo 21- Pequeños actos que llenan el corazón cuando te estás recuperando. 3v2p72

Antes de tener el accidente cada noche repitió un pequeño ritual con mis hijas cada paso estaba lleno de magia y de emoción después de hacer un poco de teatro las cogía en brazos como si fuera una bandeja sintiendo su peso ligero y cálido contra mi pecho les daba tres meneos uno dos y tres creando la sensación de anticipación en el aire y luego con un giro suave sobre mí mismo como si estuvieran volando por el cielo estrellado las lanzaba a la cama dejando que la emoción y la risa llena la habitación esto es lo que llamábamos el avión un momento majo rico y lleno de risas y complicidad y cada noche desplegaba mi imaginación para crear versiones únicas el avión loco era una reacción en avión de star wars avión de spiderman nuestros corazones se unían en esa conexión especial que solo se puede lograr a jugar con los niños a compartir algo tan sagrado como el ritual de irse a dormir sin embargo desde que tuvo el accidente este ritual se desvaneció en la oscuridad se perdió y con ello perdió una parte vital de mi conexión con mis hijas porque durante esos minutos mágicos en el previo en avión y el tsunami de sábanas y mantas que venían después encontré hagamos un refugio donde solo existíamos ellas yo la cama y el avión pero ahora después de estar en el hospital y con el brazo dañado la realidad de mi incapacidad se volvió palpable la primera vez que me conecté por videollamada con mis hijas su mirada me estremeció el alma tras una tímida conversación me preguntaron que cuándo podría volver a hacerles el avión país a dormir allí en ese momento les prometí que después de opel acción volveré a casa le regalaría un avión tan grandioso que le saldrían volando los pantalones por desgracia la cruda realidad me golpeó cuando regrese hospital y es que apenas podía levantar un vaso de agua con mi brazo derecho la frustración empezó a apoderarse de mí así que me armé de paciencia les expliqué mis hijas qué tendrían que esperar un tiempo a que pudiera volver a hacerles en avión y empecé a buscar otras formas de llevarlas a la cama de forma divertida esta semana después de meses de arduo trabajo y rehabilitación llegó el momento que tanto anhelaba hacía exactamente siete meses y diez días desde mi segunda operación lentamente había reconstruido mi fuerza y mi destreza y yo me sentía como un niño emocionado en la víspera de navidad porque había decidido que esa noche le salía el avión estos meses he gambia del avión por el payaso un payasete es explica cada noche misma historia de una jirafa que va a beber al río y un cocodrilo como de carajillo que se la quiere comer lo teatralizado con los peluches y la historia va evolucionando cada noche ella se vean de risa y no se aburren de escucharla una y otra vez pero esta noche no esta noche estaba convencido de haber llegado el y decidí sorprender a mis hijas es pedí que cerraran los ojos y con delicadeza cogí una de las gemelas en mis brazos le susurre al oído no digas nada luego con alegría y con determinación de cree el avión de la vieja escuela con movimientos fluidos y llenos de vida y mientras la soltaba y ella giraba en el aire y caí en su gama vea su rostro y héroe de incredulidad y de felicidad y eso me generó una ola de alegría que me invadió pero que más me me me emocionó fue la mirada de la otra gemela que había espiado a través de los dedos entrelazados gunners sonrisa que transmitía misma emoción y diversión luego llegó el tsunami de sábanas y mantas las cubrí por completo dejando las abrigadas y protegidas esa noche mientras celebraba este logro aparentemente insignificante pero enormemente significativo sube que estaba cerró cuando uno de los círculos que se habían quebrado ese fatídico día en ese instante todas las preocupaciones y tormentos que me acosaban durante el día desaparecieron pude ver con claridad cómo mis pequeñas victorias como este momento compartido mis hijas se entrelazaban para formar un camino de felicidad y su operación mire hacia atrás hacia el yo anterior a esta aventura y me di cuenta de que lo que alguna vez pareció imposible ahora se haya convertido en una realidad porque yo el día que intenté coger un vaso no tuve fuerza pensé