Buscando los guantes de Dudek - Episodio III t411z

Agente George Olmos, pase autorizado al despacho de Jesús Ruiz, jefe de misiones de Store San Filipo.

Adelante, adelante, entra George. Sí, sí, sí, siéntate, siéntate.

A ver, me has hecho volver de mis vacaciones con Klopp en Mallorca.

Además, todo pagado gracias a los dineros conseguidos por Jorge en su misión de los caballos.

Y pues evidentemente no estoy de buen humor, no estoy de buen humor.

A ver Jesús, el problema es...

No, no, no, no digan nada. Sé que merezco una explicación, porque es que merezco una explicación por todo esto de Adrián y los 100.000 mensajes que me habéis dejado en el teléfono.

Pero es que sinceramente pensaba que habías elegido al mejor de nosotros para la misión de encontrar los guantes de Jesse Dudek, que es la final de Champions del 2005.

Porque nos lo hizo pasar muy bien en la misión de buscar a Minamino en Japón.

No le encontró, hay que decirlo, es que no le encontró.

Perder, ganar, no importa.

Es cierto, sí, sí, sí, es cierto. Por eso pensaba que era el mejor.

Pero bueno, nos reímos un rato.

¿Por qué estás tan serio? Es que ahora llega a Estambul y se pierde que si comiendo un kebab.

Que si después en el mercado de las especias, Adrián y especias, piénsalo un poquito, Adrián y especias, dale una vuelta.

Las noches son muy largas, hay que meterse a Gura Chuchocillo.

Sin tonificante te quedas a mitad de fuelle.

Vamos, que tienen más peligro que Andy Carroll en una despedida de soltero.

Que no me crees, pero que no me crees.

Escucha, escucha, esta es la última comunicación que hemos recibido de Adrián.

Vale chicos, resacón en Estambul.

Pues sí, la verdad es que es una de las cosas que me gusta.

De hecho, creo que es una de las cosas que a mí me gusta.

Vaya noche.

Pero el agente ha encontrado el destino de los guantes.

Y os va a contar dónde están.

Resulta que ayer, después dieron una localización secreta y meternos...

Ya no sé por... bueno.

Se perdió en su propio museo.

No sé, a mí me pusieron un gorrito típico de la cultura turca.

¿Vas a llevar eso? ¿Lo hacéis para tocarme los cojones? Y la verdad es que tuve un muy buen recibimiento.

La verdad es que la gente en Turquía es espectacular.

Tracy me dijo que no le dejáramos jugar, ni beber mucho.

Coño, es como un gremlin. Viene con instrucciones el jodido.

Y bueno, una cosa llevó a la otra.

Cenamos, risas, toques de tambores...

Eso terminó en una fiesta...

Una fiesta.

Y no os lo vais a creer, pero...

Esa fiesta era una especie de subterránea, una especie de Irish club.

Y resulta que el dueño es un polaco.

Que lleva viviendo casi toda su vida en Estambul.

Eso ocurrió hace 700 años.

He esperado mucho tiempo.

Y resulta que compró los guantes del milagro de Estambul por eBay.

Apagar, apagar. Aquí toquís que apagar.

Ya está, apagar.

Sí, amigos, sí. No os lo vais a creer, pero estaban colgados allí.

Debería estar en un museo.

Pero evidentemente era fiesta clandestina y no se podía sacar ningún tipo de foto.

Examina tus sentimientos, sabes que es verdad.

Entonces no se pudo hacer la foto.

Pero...

Ahí estaban, chicos. Ahí estaban.

Y de verdad, un grande el polaco.

Mi misión en Estambul concluye aquí.

Él es el puto jefe, el puto amo, es el que más sabe del mundo.

Yo no quiero ni competir ni un instante.

Y ahora siento...