El Bolero en Cantabria - T2 Programa 52 - 01-05-2025 - Onda Marina Online 1t1q45

Buenas tardes, o buenas noches, o buenos días. En definitiva, gracias por dedicar un tiempo, sea la hora del día que sea, para escuchar este programa. Es el programa 52, donde hablamos de la divulgación del bolero. ¿Qué es lo que estamos haciendo? Vamos a contarles cómo llegó al bolero, desde Santiago de Cuba, hasta su oído. Bienvenidos a programa 52.

Eso es lo que vamos a hacer, dejarnos llevar por el viento, como llevó también a las naves, que impulsaban a hombres, a personas, a cultura, desde España a América y desde América a España, para ver cómo, a través de esos barcos, ha ido divulgándose el bolero, desde su Cuba natal, hasta diferentes países. Vamos a hablar hoy de cuatro lugares mágicos. Cuba, México, Puerto Rico y España. Y dentro de España, me van a permitir, como este programa se llama El Bolero en Cantabria, contarles que estamos fuera del ranking de medalla de oro, medalla de bronce y medalla de plata.

Pero bueno, un cuarto lugar tampoco está mal. Así que hoy volvemos a hablarles de cómo, en esta arena del tiempo, ha llegado el bolero desde Santiago de Cuba hasta La Habana y de La Habana a otros lugares. Vamos a hablar de muchas cosas y vamos a hablar del principio del bolero en todos los países. Y vamos a empezar, como no, por Cuba, porque lo hemos hablado muchas veces y hoy volvemos y volvemos y volvemos a hablar del tema. Es lo que hacemos en este programa. Volvemos. Vamos a hablar de la divulgación del bolero.

Vamos a hacerlas, vamos a llenarlos, el oído de espacios abiertos. Es el ruido que hay con el mar, con las aviotas, con la brisa y vamos a empezar a pintarle colores a los diferentes cielos de los diferentes países donde el bolero tuvo su primera divulgación.

Y vamos a empezar por Cuba. Ya saben que el primer bolero de la historia se compuso en Santiago de Cuba en 1883, en el mes de septiembre de 1883.

Tardó 20 años en llegar a La Habana y tardó otros 20 años, aproximadamente, en tener el primer bolerista como tal, que se llamó Eusebio Delfín.

En el tronco de un árbol una niña grabó su nombre en gris al esclave, y el árbol conmovido allá en su suelo, a la niña una flor tenó caer.

Yo soy el árbol conmovido y triste, tú eres la niña que mi tronco hirió, yo guardo siempre tu querida.