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Descripción de Bajo la nube de Hiroshima 6u33l
Los acontecimientos del 6 de agosto de 1945, cuando la primera bomba atómica de la historia fue lanzada sobre Hiroshima. A las 8:16 de la mañana, a 587 metros sobre la ciudad japonesa, la bomba "Little Boy" explotó, creando instantáneamente un gigantesco hongo nuclear que cubrió la ciudad con un velo impenetrable. Reconstruye las horas posteriores a la explosión de ese día fatídico. 3b3k56
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En la isla de Timian, en el corazón del Pacífico, se prepara una operación secreta que marcará el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Un arma nueva y revolucionaria es cargada en un bombardero B-29.
Un ingenio de más de 4 toneladas, cuyo coste se estima en 2.000 millones de dólares, y en cuya fabricación han participado cerca de 140.000 personas.
El compartimento de carga se cierra sobre Little Boy, la primera bomba atómica de la historia.
A las dos de la madrugada, un equipo de élite sube a bordo del B-29, bautizado como Enola Gay.
El coronel Paul Dibbets aún no conoce su destino.
La ciudad de Hiroshima es uno de los posibles objetivos.
Los estadounidenses pretenden poner fin a la guerra que les enfrenta a Japón, aliado de la ya derrotada Alemania nazi.
Hiroshima es una base logística de primer orden, con un sistema de guarniciones que cuenta con cerca de 40.000 soldados.
En una ciudad diezmada por el fuego nuclear, un joven fotógrafo, Yoshito Matsushige, capturará con su cámara los momentos que siguieron a la explosión.
Unas imágenes que nos permitirán penetrar en el terrible infierno en que se convirtió Hiroshima.
Bajo la nube de Hiroshima Es lunes 6 de agosto de 1945, y para los 350.000 habitantes de Hiroshima comienza un precioso día.
Los trabajadores abarrotan los tranvías y los niños caminan hacia el colegio.
Yo estaba en la segunda planta de la oficina postal de ahorros a la que había sido asignada.
Y cuando abrimos las ventanas que daban a la calle, todos dijimos, ¡qué día tan hermoso! Aquella mañana yo me encontraba en el restaurante donde solía desayunar.
Ya había terminado y me disponía a marcharme.
Y entonces entraron tres compañeros de mi colegio. Aquel verano no teníamos vacaciones.
A las 7 y 10 han sonado las sirenas, anunciando un posible ataque aéreo, pero desde hace 45 minutos la tranquilidad inunda las calles.
Todo el mundo está acostumbrado a ver aviones sobrevolando la ciudad y a nadie le inquieta que un B-29 se recorte en el cielo.
Era un día luminoso y soleado. Los B-29 volaban a gran altura y eran plateados y elegantes.
Caminaba hacia el restaurante Sendamachi y de pronto oí una gran explosión.
De repente lo que parecía una enorme bola de fuego entró por las ventanas.
Me puse en cuclillas y con mis manos traté de proteger mis oídos y mis ojos.
Vi cómo descendía en línea recta hacia la clínica quirúrgica de Shima. Yo vi caer la bomba.
A las 8 horas 15 minutos, Little Boy explota a 600 metros de altura, iluminando el cielo con el destello característico de los rayos gamma.
Golpeados por las ondas radiactivas, los seres vivos que se encuentran cerca del hipocentro mueren al instante, sin tiempo para escapar o sentir dolor.
Mientras la reacción en cadena continúa, se forma una gigantesca bola de fuego, en cuyo centro se alcanzan los 6.000 grados centígrados.
Una temperatura cercana a la de la superficie del sol.
Las víctimas quedan carbonizadas, se volatilizan bajo los efectos del calor.
A continuación, una onda expansiva barre la ciudad con un viento devastador que supera los 1.600 kilómetros por hora.
Un huracán mortífero que desintegra los cuerpos y destruye 60.000 edificios.
En un torbellino de vapor.
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