BAD RELIGION - True north 2013. 2x471i

Hablar de Bad Religion son palabras mayores. La banda liderada por Greg Graffin lleva en esto más de 30 años, que se dice pronto. El respeto que genera el grupo es aún mayor si tenemos en cuenta que nos han dejado un catálogo de discos memorables, con pocos altibajos, firmando, en general, una carrera intachable. Por ello acercarse a un nuevo trabajo de estos mitos vivientes siempre es ilusionante, ya que raramente decepciona. De esta forma me siento a escuchar True North por primera vez, aunque con una sensación agridulce tras los rumores que indican que éste podría ser su último álbum. Lo cierto es que los adelantos ya intuían que podría ser un auténtico discazo, con canciones muy directas y rápidas que nos recordaban a los Bad Religion más old school. Tras escucharlo completo toca confirmar que, efectivamente, True North es dinamita pura. En total 16 canciones potentes, incisivas, con un ritmo muy alto y de menor duración, si tenemos en cuenta a lo que nos tenían acostumbrados en sus últimos discos. True North recupera aquella época brillante de finales de los 80 en la que Bad Religion creó escuela sacando Suffer, No Control y, apurando un poco hasta los 90, Against The Grain. El cóctel, más que de sobra conocido, estaba formado por una velocidad endiablada, voces muy melódicas y temas cortos al más puro estilo del punk clásico, siempre con un poderoso mensaje político detrás. True North bebe directamente de estos elementos, con el tema del mismo nombre, “True North”, como perfecta abertura. A continuación siguen apareciendo detalles de los mejores Bad Religion , como ese solo de “Past Is Dead”, la pegadiza melodía de “Robin Hood in Reverse” o la actitud de “Fuck You”. También hay tiempo para la sorpresa cuando Brett Gurewitz toma las riendas vocales en “Dharma and The Bomb” y nos ofrece un corte algo más oscuro que, aún así, no desentona con el resto del álbum. La idea que parecen haber querido seguir es la de ir directamente al grano, sin concesiones. Ahí tenemos “Vanity”, “In Their Hearts Is Right”, “Dept. Of False Hope”, “Nothing To Dismay” o “My Head Is Full Of Ghosts” para probarlo. Sólo “Hello Cruel World” se desmarca un poco de la tendencia general con una atmósfera más calmada que la hace superar los tres minutos de duración. Finalmente la sensación que tenemos al escuchar las últimas notas de “Changing Tide” es que Bad Religion han vuelto a hacerlo, sacándose un disco tremendo de la manga que no hace, sino, seguir aumentando su leyenda como uno de los grupos más importantes de la historia del punk-rock. Si, como por ahí se dice, es su último trabajo, podemos asegurar que se van por todo lo alto y en una forma envidiable, nada comparable a otras bandas igual de veteranas que continúan sacando buenos discos, pero sin llegar nunca a este nivel de regeneración y calidad. Velocidad y melodía. Esto es Bad Religion , señores. ¿Para qué queremos más? 265l25