Atrévete a pensar - 21-4-2025 3d6r6a

Muy buenas, les habla Cruces Aldea desde las mejores ondas de radio que pueden escuchar para contarles que este programa habla de atrevernos, habla de arriegarnos, de asomarnos a la historia del conocimiento, de las ideas, habla de filosofía y de ese gran legado que nos dejaron tantos y tantos pensadores, habla de quienes si se atrevieron exponiendo incluso su propia vida, porque ellos lo merecen y porque a ellos se lo debemos. Atrévete a pensar.

En el programa de hoy leeremos fragmentos del texto de La Ira, de Seneca, pensador que protagoniza la primera parte de este espacio. En concreto nos detendremos en párrafos de los apartados 9, 10, 11, 12, 13 y 14 del libro tercero, que nos aconsejan cómo dominar esta pasión, para que no nos domine ella. También navegaremos por un periodo delicado de la biografía de nuestro autor, cuando el emperador Nerón ya no se deja controlar por nadie y junto a su camarilla tiñen una y otra vez sus manos de sangre.

Justo en ese momento es cuando Seneca, por primera vez, intenta alejarse. Respecto a la lectura del texto no olviden que seguiremos la traducción de Francisco Navarro Calvo y respecto a su biografía nos dejaremos guiar, como es habitual, por Francisco Socas y Emily Wilson. En la sección que significa esta frase nos acompaña hoy Ángeles Torres-Ajeitos.

Esta gran mujer pensadora cursó la carrera de filosofía y ciencias de la educación en la primera promoción de esta especialidad de la Universidad de Sevilla y posteriormente aprobó la oposición como agregada de filosofía del Ministerio de Educación y Ciencia en Madrid.

A partir de entonces se dedicó a la docencia de esta materia en distintos institutos de Huelva y Sevilla, tanto en enseñanza secundaria como en bachillerato. En su última etapa fue coordinadora de coeducación e igualdad. Actualmente se dedica a la divulgación de la filosofía, como hizo durante tantos años a lo largo de su trayectoria profesional. En un ratito la vamos a escuchar, porque nosotros, sin demorar ni un segundo más, comenzamos. Combate contigo mismo, porque si no puede vencer la ira, ella comienza a vencerte.

Evitemos el foro, los pleitos, los tribunales y todo lo que pueda enconar nuestro mal. Huyamos también de la fatiga corporal, porque destruye todo lo que en nosotros hay de tranquilo y quieto, sublevando los humores acres. Así pues, aquellos que no tienen seguridad de su estómago, antes de tratar algún negocio importante, templen con algún alimento subilis, que el cansancio hace fermentar enseguida, sea porque la dieta reconcentre el calor, altere la sangre y detenga su curso en las venas debilitadas, sea porque la extenuación y debilidad del cuerpo embote el ánimo.

Viejo es el refrán, el cansancio busca pendencia, riñe a contienda, y puede aplicarse a todos los que se encuentran atormentados por el hambre, la sed o cualquier otro patrón.