El Antídoto: Entrevista a Jorge Juan Fernández autor de Paracuellos de Jarama ¿hablamos? 4m4r16

¿Que lleva a Jorge Juan Fernández (de tan sólo 22 años de edad) a escribir un libro sobre las matanzas de Paracuellos de Jarama? El año 2010, en el que salió su primera edición en EE.UU., aún gobernaba J.L. Rodríguez Zapatero en España. Su gobierno no sólo estaba resultando un auténtico despropósito en materia económica, sino desde los propios principios de la ética y la moral: se atentaba nada más y nada menos contra la propia vida de las personas (no olvidemos la ley del aborto y las especulaciones acerca de una posible vigencia sobre la eutanasia), la educación de los más jóvenes (LOE, Educación para la Ciudadanía, etc.), la mal denominada «memoria histórica», etc. Toda esta serie de falacias irracionales, en especial, referente a mi libro, la última que he señalado, se estaban perpetrando con un único fin: crear crispación para lograr la captación de los votos de aquellos grupos indecisos y de los sectores más radicales; el típico adagio latino «divide et impera» se estaba haciendo realidad de la forma más vil que se puede conocer para crear confusión en la población y mantener la agonía de un Estado condenado a su propia autodestrucción. ¿Y por qué en concreto sobre Paracuellos de Jarama? Por dos razones esencialmente. En primer lugar porque consideraba de justicia darle voz a tantos y tantos sepultados en ese cementerio que murieron simplemente por tener ideas políticas diferentes al gobierno republicano o por el mero hecho de ser sacerdotes o religiosos. La Hermandad de Ntra. Sra. De los Mártires de Paracuellos, integrada por familiares de los asesinados, está haciendo todo lo posible por mantener la dignidad del Camposanto, pero se encuentra constantemente refrenada por los dirigentes políticos. En mi conciencia debía de ayudar, de la única manera que podía, a promover un trato justo para todos ellos. En segundo lugar porque resultaba totalmente bochornoso que una persona, cuya autoría era la de miles y miles de muertos, no sólo gozara de plena libertad, sino de reconocimientos públicos y políticos. Santiago Carrillo ha muerto como el héroe de la izquierda española, que llegó a exiliarse por oposición al Régimen de Franco y por la defensa de una «supuesta» libertad, algo completamente falso. No quiero entrar en diatribas acerca de mi opinión sobre este personaje y el reconocimiento que se le ha dado durante toda su vida, más cuando ya ha fallecido; tan sólo hago mías las palabras que un obispo español pronunció, a mi juicio, de una forma muy acertada, al conocer su muerte: «Una vida inmisericorde se encuentra con Dios misericordioso. RIP Carrillo, y que intercedan por él los que por él fueron mártires de Cristo». ¿Cómo nace su libro? Nace en el año 2009. Tras haber superado las PAU se me presentaban los tres meses correspondientes al verano como una oportunidad para poder profundizar en algo que me apasiona: la investigación histórica. Desde que en el año 2008, con motivo de 30º Aniversario de la Constitución Española, en un debate televisado entre los padres de la misma, Santiago Carrillo instara a hablar de la «memoria histórica» y D. Manuel Fraga, tras argumentarle la inutilidad de la misma, se viera forzado a contestarle «si quiere hablamos de Paracuellos» surgió en mí la idea de profundizar en este tema; de ahí su título. Tras recabar información de Archivos, biografía, testimonios, etc., al verano siguiente decidí coger la pluma y comenzar a redactar, apoyándome desde los diferentes puntos de vista, el ensayo que hoy ofrezco. Unos meses más tarde tuve la magnífica oportunidad de poder publicarlo en EE.UU., hasta que en el presente año una editorial española se interesó por mi libro. Háblenos de los protagonistas y los temas del libro El libro lo he dividido en tres apartados fundamentales: la República, la Guerra Civil, y el episodio de Paracuellos. Consideraba oportuno que para poder adentrarnos en un hecho particular de la Guerra, antes deberíamos conocer lo que condujo hacia la misma. El 6 de noviembre de 1936, el gobierno republicano, encabezado por Largo Caballero, se trasladaba a Valencia, puesto que las tropas nacionales distaban cada vez menos del centro de Madrid. Al día siguiente, se formaría en la capital madrileña una Junta de Defensa presidida por José Miaja, de la cual formaría parte Santiago Carrillo como Consejero de Orden Público. La cárcel Modelo, una de las más seguras por estar en poder de los comités populares de milicias, comenzaría a cambiar en su funcionamiento a mediados de agosto. El día 17 del mismo mes el subdirector de la prisión comunicaría a los presos militares que unos milicianos, por orden del ministerio de Gobernación, entrarían en la cárcel para cachear a los presos. Dos días antes, la checa de Fomento había tomado la decisión de llevar a cabo algunas sacas. Esta situación se produciría de manera repetitiva durante los restantes días del mes de agosto, resultando asesinado, entre otros muchos, Melquíades Álvarez, quien había sido un destacado jefe político. Pero los hechos no terminarían ahí, en los primeros días de noviembre varios autocares llegarían a diversas cárceles madrileñas (Modelo, Porlier, las Ventas, S. Antón) con el fin de evacuar a los presos que en ellas se encontraban, con el fin de trasladarlos a lugares más seguros, donde se encontraba el gobierno republicano. Argumento muy alejado de la realidad, pues el único fin que perseguían era el de exterminarlos, pues si las tropas nacionales lograban adentrarse en Madrid, podían libelarlos reforzando su ejército. Dichos autocares tendrían una trágica parada; se trataba de una localidad llamada Paracuellos de Jarama, ubicada a 18 Kms. de Madrid. Allí serían asesinados de forma cruel y vil miles de personas, llegando incluso a ser enterrados algunos de ellos todavía con vida. Sabemos que existen varias hipótesis acerca de la autoría de los hechos. ¿Nos puede contar la suya? ¿En qué se basa la suya? Por supuesto. Santiago Carrillo es responsable de ello. La Junta de Defensa, de la cual Carrillo formaba parte como Consejero de Orden Público, fue constituida el 7 de noviembre de 1936. Ese mismo día, tras la primera sesión hubo una reunión privada entre los representantes de la Consejería de Orden Público y la federación local de la CNT en la que los presentes decidieron que los presos debían dividirse en tres grupos: el destino del primer grupo, integrado por «fascistas y elementos peligrosos» debía ser la «ejecución inmediata». El segundo grupo, formado por presos a los que se consideraban partidarios del levantamiento militar pero menos peligrosos por su edad o su profesión, debía ser evacuado a Chinchilla, cerca de Albacete, mientras el tercero, el «de elementos no comprometidos», sería puesto en libertad. Dos días después, el 10 de noviembre, tendría lugar, según el testimonio de Ramón Torrecilla, una reunión del Consejo de la Dirección General de Seguridad, en la que se hablaría de los asesinados en Torrejón de Ardoz y Paracuellos de Jarama. Según el mismo testimoniante «Serrano Poncela tenía que ir diariamente a despachar con el consejero de Orden Público»; ahora bien, si ambos se veían todos los días ¿se podría concebir como verdadera la alegación de desconocimiento ante los hechos por parte de Carrillo si, como ya hemos indicado, se entrevistaba diariamente con Serrano Poncela, cuya firma aparece en muchas de las órdenes de extracción de presos y quien, como director general de Seguridad, presidió la reunión del día 10 de noviembre en la que se hizo referencia a las matanzas? Resulta evidente que la respuesta es negativa, puesto que aparte de lo hasta ahora expuesto, como ya vimos en páginas anteriores, el cónsul de Noruega, Félix Schlayer, al sospechar de la realización de posibles sacas con los presos de las cárceles madrileñas, se entrevistó con el mismo Carrillo, quien le dio su palabra de que a los reclusos no les ocurriría nada. ¿Qué opina de la Ley de Memoria Histórica? La ley aprobada por el Congreso de los Diputados el 31 de octubre de 2007, durante el mandato de Zapatero, llevaba el sutil título de «Ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura», sin embargo, a la hora de la realidad hay que incluir algunos matices. Dicha Ley fue un pretexto para reavivar viejas heridas que con la democracia habíamos cerrado, lo cual no significa un olvido de nuestros compatriotas difuntos. Con dicha Ley el gobierno socialista intentó, y de alguna manera, aunque a niveles muy reducidos, enfrentó de nuevo a los españoles, convirtiendo a unos en desolados y a otros en fuertes torreones, sin piedad alguna, que no estaban dispuestos a entregar los cuerpos de los fallecidos en la Guerra a sus descendientes. Cuando en alguna ocasión he tenido que referirme a esta ley me gusta decir «la mal llamada memoria histórica» o «la desmemoria», porque ciertamente se ha logrado todo lo contrario: se ha enseñado que hubo vencedores que aniquilaron a sus enemigos, los vencidos, quienes habían sido víctimas de una cruel trama. Yo siempre sostendré que en una guerra no hay vencedores ni vencidos, no hay victoria ni derrota, no existe ninguna guerra justa; esto es lo que hay que enseñar a nuestros jóvenes y niños, esto es por lo que hay que luchar, por un país unido en el que se conviva en paz y no con viejos odios heredados. Tan sólo de esta manera seremos capaces de construir unos cimientos sólidos sobre los que asentar las bases de una democracia auténtica, y de esta manera comenzaremos a divisar un país en el que no reine la corrupción, una crisis económica aguda, un nacionalismo imperante, etc. ¿Escribirá Jorge Juan Fernández más libros? Sin duda alguna. Ya tengo en marcha alguna investigación más, aunque no se relaciona con la temática de la Guerra Civil. Sin embargo, puede que en un futuro no muy lejano vuelva a retomar la pluma para esclarecer cuestiones aún hoy poco investigadas. Es importante que se arroje luz sobre ciertos temas, más cuando a través de los medios de comunicación e incluso en las aulas, se está adoctrinando a las nuevas generaciones de jóvenes con unos conceptos malversados que pretenden manipular el pasado para lograr, vilmente, éxitos en el presente. ¿Dónde pueden nuestros lectores adquirir su libro? En cualquier librería, tan sólo basta con aportar los datos básicos: Paracuellos de Jarama ¿hablamos?, Jorge Juan Fdez., United p.c. 2012; además de ello, existe en internet una plataforma que se puede seguir mediante twitter (@jorgparacuellos) en la cual pueden realizarse pedidos más económicos, al trabajar directamente con la editorial y el autor, para ello basta con ponerse en o mediante el siguiente email: [email protected]. ¿Le gustaría añadir alguna cosa más? Nada más. Mi más sincero agradecimiento por este rato compartido y el interés que habéis mostrado desde el principio, y tan sólo señalar a los lectores una tesis que indico en el prólogo de mi libro: no trato de entablar una lucha contra la Ley de la Memoria Histórica, tan sólo pretendo arrojar luz para que se vea el prisma desde ambas caras y con ello no cometamos los mismos errores del pasado. 2m3e45