ANCIANOS DE LA EPOCA IPUC CENTRAL ALGARROBO 1992 5u4m2s

Dios les bendiga mis hermanos, mi nombre es Alberto Conrado, por la gracia del Señor, ministro de la amada Iglesia del Señor.

Pertenezco a la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia.

Llegué a los pies del Señor en el año 1992, un 2 de mayo, en la congregación de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. Por la gracia de Dios fui bautizado un 20 de julio de 1992 en uno de los grandes retiros de la región llamado Monte Gerizín. El pastor de esa época, cuando llegué a los pies del Señor, se llama Elías Ruiz Rivera y su esposa Ernestina Buitrago.

Personas muy amables, de una calidad de vida maravillosa, una muy buena disciplina, buenos hermanos de la Iglesia, buenos pastores y también, por qué no decir, sociables, cercanos a la amada Iglesia del Señor. Agradezco a Dios por darme esta oportunidad de conocer a esta familia pastoral. Quiero contarles a ustedes, en este momento, que Dios me ha dado la oportunidad de conocer de los años 92 algunas personas muy reconocidas, hermanos que hacían parte de nuestra amada Iglesia del Señor.

De manera muy especial, nuestro hermano Candelario Rangel, un anciano que vivía al lado del lugar de sepultura, como es conocido el cementerio del Algarrobo. Su hija, quien era una docente o es una docente, amén, y también tenía un hijo llamado César. Nuestro hermano Candelario gozaba de mucho bienestar y de una vida espiritual muy hermosa. Su oficio era tendero. Le doy gracias a Dios porque, aunque fue un anciano de la época, marcó mi vida en la vida espiritual.

También vale la pena mencionar a nuestra hermana Juana de Ávila, quien por la gracia de Dios vivía en el barrio La Colita. Ella, todas las tardes, muy temprano, cuatro de la tarde, por la gracia de Dios, pasaba por el frente de mi casa, y es una mujer que iro, que iré, y que nos dejó un legado. Su hobby favorito era la oración. Agradecemos a Dios por haber conocido a esta gran mujer, nuestra hermana Juana de Ávila.

Vale la pena mencionar en este número de ancianos a nuestro hermano Hidalgo Mendinueta, quien también conocí y Dios me dio la oportunidad de conocer a él y a cada una de sus hijas. Estaba yo recién llegado a la amada Iglesia del Señor cuando muchos de sus hijos y su esposa asistían a nuestra amada Iglesia del Señor.

Hoy no está con nosotros nuestro hermano Hidalgo Mendinueta, ni tampoco nuestro hermano Hidalgo Mendinueta Junior, pero agradezco a Dios porque fueron personajes que quedaron grabados en nuestra mente y en nuestros corazones. Por la gracia de Dios también puedo mencionar en este momento a nuestro hermano Néstor Venera, el papá de todos los venera.

Por la gracia de Dios también un hombre buscador de la presencia del Señor, muy calidoso, un lenguaje maravilloso y especial. Tenía una elocuencia de alta gama, palabras muy brillantes que tocaban el piso de cualquier persona que lo escuchara. Agradezco a Dios porque él es un ícono también de nuestra amada Iglesia del Señor. También Dios le dio la oportunidad de tener muchos hijos e hijas que por la gracia de Dios asisten a la amada Iglesia del Señor. Estando yo también recién llegado a los pies del Señor, conocí una señora conocida como Florentina.

Conocí también a nuestra hermana Ana de Oro y entre otros muchos más que no recuerdo. Agradezco a Dios porque me ha dado la oportunidad de conocer a muchos hombres, columnas...