Alfonsa de la Torre - Plazuela de las Obediencias (Parte 1) 5s1p4u

Saludos desde radio monte y bienvenidos todos los oyentes a este hermoso podcast llamado conjurando poesía nuestra intención es acercar al público a aquellas obras poéticas que consideramos imprescindibles o recomendables y disfrutar con su lectura volviendo al preciado deleite de la lírica ejercitada hoy os ofrecemos un libro fundamental obra de una de las poetas españolas más lúcidas del siglo veinte plazuela de las obediencias de alfonsa de la torre este libro de poemas supuso la última obra poética publicada por la autora en mil novecientos sesenta y nueve alfonsa de la torre mil novecientos quince mil novecientos noventa y tres originaria de cuéllar nos proponen este poemario una muestra antológica de su estilo poético a lo largo de más de tres décadas de mil novecientos treinta a mil novecientos sesenta y ocho progresando desde una lírica deporte popular y costumbrista hasta sus composiciones últimas con un marcado carácter místico y clarividente antes de comenzar con la lectura de plazuela de las obediencias vamos a leer su dedicatoria batidos de las obediencias de las cartujas medievales donde tantos monjes desconocidos trabajaron pacientemente tiendas de los oficios abiertas en los patios de armas de los castillos feudales donde múltiples menesteres humildes se llevaron a cabo barrios gremiales de los vi lejos burgos en los que tantos artesanos anónimos se afanaron en su trabajo durante siglos talleres y aulas de las universidades laborales abiertas a todos los jóvenes a esperanzas de futuros logros a todos vosotros soportales celdas patios laboratorios bibliotecas estudios talleres donde el ser humano se esforzó se esfuerza y se esforzará ejercitando de alguna forma útil hermosa su mente y sus manos á vosotros os dedico estas canciones estas delgadas virutas desprendidas durante años del banquillo del taller del poeta con devoción y amor de los tres soportales de que consta esta plazuela hoy leeremos cinco poemas pertenecientes al soportal desde el mirador que da la infancia canciones rústicas e ingenuas mil novecientos treinta mil novecientos cuarenta canción de la enamorada á mano dame aromas para normar unos sueños que ya tengo un arrullo de tórtola en el pecho y el despertar de rosas en los labios abiertos a mano dame aromas para tomar un sueño luciérnagas y estrellas para follar mi pelo que no puedo tramitarlo y lo vengo deshecho porque un temblor de almíbar me recorre los dedos dame joya has amado para adornar mi pelo y luego por la tarde al volver del espliego vendimia hemos cerezas en la paz de mi huerto que caigan en mi falda enredadas en besos por la tarde amor mío al volver del espliego pregón del agero quien llamaban alhajero tanta bulla tanta bulla al que ni pregona arrulla vigila a dios su puchero echar para atrás la cogulla y perfumada el mortero que los cambios por dinero porque quiero el ajeno quien llamaban a tanta bulla tanta bulla esto no es carbón de huya ni soy ningún espantajo qué caramba tan majo está aquí el hombre en el ajo con sus lirios hechicero oled este pebetero era jero quien llamaba alhajero tanta bulla tanta bulla no temáis que me escabulla porque encuentra un compañero mirad les pone heladero yo