A través de la pantalla: El horrible asesinato de Ashley Wadsworth 3dm72

Ashley Wadsworth llegó al mundo un 25 de julio de 2002 en Canadá, con unos ojos azul intenso que atrapaban miradas y unos profundos hoyuelos que iluminaban su rostro al sonreír.

Desde pequeña, compartió una conexión muy especial con su hermana mayor, Hailey.

Aunque eran cercanas en edad, cada una construyó su propio universo.

Su madre, Christy, recuerda que Hailey siempre fue la de espíritu rebelde, la que ponía a prueba los límites y desafiaba las normas.

En cambio, Ashley era todo lo contrario, independiente, tranquila y adaptable.

Juntas formaban un equilibrio perfecto, dos mitades distintas de un mismo lazo fraternal.

Ashley encontraba alegría en los pequeños placeres de la vida.

Para verla feliz no hacía falta mucho, una raqueta de tenis, unos esquís, una pista para patinar o simplemente un lago en el que nadar eran suficientes para dibujarle una sonrisa genuina.

Amaba estar al aire libre, moverse, explorar y entre todas sus pasiones había una que iba creciendo con los años, el deseo de viajar.

Ese deseo tenía un nombre desde que Ashley tenía sólo 12 años, Jack Sepple.

Fue por entonces, aún siendo una niña, cuando navegando en internet terminó entrando en una página donde conoció a Jack, un adolescente británico de 15 años.

Al principio sus charlas eran inocentes, hablaban del colegio, de sus familias, de lo cotidiano.

Pero con el paso del tiempo y cuando Ashley cumplió 15, su vínculo empezó a transformarse en algo más.

Para entonces, Jack ya tenía 18.

Para Ashley, Jack fue su primer gran amor, o al menos eso pensaba ella.

Él era atento, absorbente.

Pasaban horas pegados al teléfono o intercambiando mensajes eternos hasta la madrugada.

Jack tenía la habilidad de hacerla sentir especial, pero también de hacerla sentir pequeña.

Las discusiones eran frecuentes y cada cierto tiempo desaparecían de la vida del otro durante meses, incluso años.

En ese lapso ambos conocían a otras personas, pero de una forma u otra siempre volvían a cruzarse.

En marzo de 2020 una exnovia de Jack tomó la iniciativa de ar a Ashley a través de las redes.

Quería advertirle, le contó detalles preocupantes sobre el comportamiento violento de Jack.

Aún así, cuando esa relación terminó de forma abrupta, Ashley volvió a aparecer en su vida.

Y esta vez, él ya no ocultaba tanto sus estallidos de ira.

Ashley llegó a comentar los arranques de Jack con sus amigas, pero los minimizaba.

No pasa nada, decía.

Total, estaban separados por un océano.

Más de 6.000 kilómetros los distanciaban.

¿Qué podría pasar? Pero esa distancia no fue obstáculo por mucho tiempo.

En noviembre de 2021, ya con 19 años, Ashley decidió que era el momento de hacer realidad ese amor que había vivido siempre a través de una pantalla.

Encendió su portátil una noche y, entre búsqueda y búsqueda, encontró un vuelo económico a Inglaterra.

Luego vinieron las compras.

Ropa nueva, maleta lista y mensajes eufóricos en Snapchat contando que por fin se verían cara a cara.

La madre y la hermana de Ashley, aunque preocupadas, le dieron su apoyo incondicional.

Creían que pasar seis meses en el Reino Unido le ofrecería la oportunidad de vivir nuevas experiencias, hacer amigos y crear recuerdos que la acompañarían siempre.

Sin embargo, no podían evitar las dudas.

Después de todo, una pantalla de ordenador es un filtro fácil de ignorar.

Una pantalla de ordenador es un filtro fácil de ignorar.