El 8M: De las sombras a la multitud 4z4a5j

Hola, soy Adriana Márquez, y hoy, 8 de marzo, la lucha, la historia y la fuerza de miles de mujeres toman las calles. Esto es el 8M, de las sombras a la multitud. Hoy España se viste de morado, las calles palpitan con el clamor de miles de mujeres que, de las sombras, han emergido para hacerse oír. Este es el Día Internacional de la Mujer, y en cada esquina se siente la fuerza de una lucha que ha recorrido un largo y doloroso camino. En las plazas de Madrid, Barcelona, Valencia y muchas otras ciudades, el 8 de marzo se vive a flor de piel. Las calles se llenan de manifestantes, que con pancartas y actos simbólicos reclaman justicia e igualdad.

Es un día en el que la ciudadanía se une para gritar que la igualdad no es una opción, sino un derecho innegable. Cada grito, cada paso, es un testimonio del poder colectivo que hoy se siente en cada rincón de nuestro país. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Retrocedamos en el tiempo, a una España de 1936, cuando la lucha por los derechos de la mujer apenas comenzaba a asomar. En medio del conflicto y la adversidad, mujeres valientes como Dolores y Barruri alzaron su voz en un ambiente hostil. Pero la historia no fue amable con ese despertar.

La guerra civil y posteriormente la dictadura franquista impusieron un silencio forzado. Durante décadas, el feminismo se vio relegado al olvido, sus voces ahogadas por un régimen que negaba a las mujeres cualquier derecho real. No fue hasta la transición cuando el susurro de la rebeldía comenzó a transformarse en clamor. En 1978, Madrid fue testigo de la primera manifestación autorizada del 8M. Aquella marcha, nacida de la urgencia de romper cadenas, se convirtió en el germen de una revolución silenciosa que con el tiempo florecería en una verdadera multitud. Pero la historia no solo se escribe en el pasado.

Hoy, en distintos ámbitos, hay mujeres que continúan rompiendo barreras y dejando huella en la historia de España. Centrémonos en tres ejemplos que representan la fuerza y la diversidad de esta lucha. Comencemos con Begoña Vila, ingeniera astrofísica gallega que colabora en proyectos clave para la NASA. Su trabajo en la calibración del telescopio espacial James Webb es fundamental para explorar el universo. Además de liderar equipos de investigación, Begoña impulsa la presencia de mujeres en campos científicos históricamente masculinizados.

Me llamo Begoña Vila, soy de Vigo, que es donde están mis papás y mis hermanos aún, y soy doctora de astrofísica de Jodrell Bank de Inglaterra. Pero hice mi carrera de física y astronomía entre la Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto de Astrofísica de Canarias. Y en estos momentos soy la ingeniera de sistemas de uno de los instrumentos del telescopio espacial James Webb. Pues para mí, en Estados Unidos, en particular donde estoy, que es la NASA, pues es un ambiente donde hay profesionales muy buenos, no solo en mi campo, de la astrofísica o la ingeniería o las ciencias, sino mecánicos electrónicos de software.