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Radiodiversiones.

Es un medio social, a prueba de sociedad.

Cuesta radio social, cuesta radio social.

Reconocer un error no es humillarse, es crecer como persona.

Buena gente.

El programa para la diversidad con personas diferentes en Radiodiversiones.

Dirigido y presentado por Matías Sánchez.

Buena gente.

Muy buenas gente, gente buena.

Gente buena que nos está escuchando en este programa.

Programa de buena gente, gracias a la Fundación Ámbito.

Hoy quiero empezar hablando sobre lo orgulloso, lo contento que estoy con los ciudadanos de este país.

Y todo gracias al reciente apagón que hemos tenido.

Seguramente se estará hablando mucho de esto, los problemas y tal.

No me voy a meter en política, pero yo quiero poner aquí un valor, un valor positivo, porque la verdad que nos ha demostrado ese apagón que el comportamiento de los ciudadanos es ejemplar.

Bien, es cierto que ha habido alguna que otra desgracia personal, pocas, gracias a Dios, han sido pocas, pero había habido desgracias personales, pero que podría haber sido más, sí.

Pero el comportamiento, vuelvo a recalcarlo, el comportamiento de nuestros ciudadanos es ejemplar.

Yo creo que es digno de seguir en las redes sociales y por otros países.

Pongamos ejemplos.

Los semáforos se apagaron, no había luces en los semáforos, los cruces era un caos.

Pero, sin embargo, el respeto entre los coches y los peatones era digno de alabar, era digno de tenerse en cuenta.

Los coches paraban, la gente cruzaba, sí había prisas, pero todos estaban siendo conscientes de lo que estaba sucediendo, que había algo en esos momentos que era un poco caótico.

No digo más, también, que en los trenes, los trenes, claro, trenes eléctricos, se quedaron todos parados.

Y esos ciudadanos, esos amigos de esa buena gente, que se acercaron a las vallas, a romper esas vallas, para hacerles llegar bebida y comida a los que llevaban, a esos viajeros, que estaban en los trenes parados durante horas y que tenían sed y tenían hambre porque no estaban siendo atendidos.

Claro, siendo trenes eléctricos, no eran capaces de desplazarse ni poder ir a recuperarlos, sobre todo tantos trenes.

Y romper las vallas porque los trenes de alta velocidad están protegidos, obviamente, por vallas.

Pues eso es loable.

Que se rompan más vallas como esas, por supuesto.

Quiero recordar también las farmacias.

Otro ejemplo más, en las farmacias, no tenían electricidad para encender sus ordenadores y tener a disposición las...

Las farmacias... Ah, iba a decir las farmacias, no los... estos electrónicos, las recetas electrónicas, perdone, a veces la mente y el estado de euforia que estoy, que tengo, se me van las palabras.

Pues esto, las recetas electrónicas no eran capaces, obviamente, y llegaban pacientes y familiares de pacientes que necesitaban esas medicinas.

Las farmacias se portaron de una forma genial, daban a buen entender, en préstamo, las medicinas que les hacía falta para esos pacientes y al día siguiente, o cuando se recuperara la luz, irían a actualizar esos datos.

O sea, que había una muy buena voluntad.

No sé, había muchos más ejemplos que ha estado ocurriendo, que la sociedad ha tenido, pero voy a ir al lado personal.

A mí me ocurrió que, después de salir del fisio, justamente cuando salíamos del fisio, parece que se ha ido la luz, fue algo puntual, como pensando que era de la zona, y me fui al semáforo.

Como el semáforo estaba apagado, con mi bastón me fui al siguiente semáforo, un poquito más allá, pensando, vuelvo a insistir, que era de la zona, pero también estaba apagado y era un poquito caótico, no veía bien los coches.

El caso es que se me acercó una mujer y me dijo con todo su buen corazón, los semáforos están apagados, ¿quién le ayude? Y digo, ahí va, pues parece que son todos.

Le contesté, dice, sí, parece que se ha ido la luz.