39 - Heavy Metal en las Alpujarras Granadinas 2749r

Capítulo treinta y nueve alpujarra granadina tal cual escribí en mi diario me levanto intentando convencer a mis piernas y la tricky de que la música que nos acompañará hoy no será café del mar etnia o las cuatro estaciones de vivaldi hoy es día de heavy metal atrás quedaron la música clásica de la llanura sevillana el pop y las chirigotas de las montañas de cádiz o el rock and roll de la sierra malagueña es hora de subir la distorsión y darle fuego al metal las alpujarras nos espera en lanjarón consigo un mapa detallado de las alpujarras y me doy cuenta del tipo de metal del que estamos hablando la entrada hasta aquí en lanjarón pero realmente el concierto empieza en orgiva y es ahí donde me tomo un café bien cargado para afrontar con ánimo y fuerzas este cambio de ritmo tan brutal el ritmo empieza suave calentando las cuerdas con un lento especial a los cinco kilómetros un riff empieza a sonar de fondo esto empieza a calentarse de verdad diez kilómetros y las rampas empiezan a ser más fuertes entre la batería mis piernas aguantan bien la ca cafeína inhibe la sensación de dolor el paisaje es cada vez más espectaculares y no tardan mucho en aparecer algunos solos de guitarra hace calor ahora el sudor caía a mares y la sangre circula por los músculos a velocidad terminal solo quedan un par de kilómetros los dos guitarras entran con un punteo doblado y la emoción está cerca del límite el batería se vuelve loco no quedan más de unos metros los dos guitarristas sincronizan los riffs sólo unas cuantas pedaladas más el ritmo disminuye suenan los últimos coletazos y todos los instrumentos apuran el final has llegado a pampaneira esto era solo el principio al día siguiente la ruta continuaba hacia trevélez que está a mil seiscientos cincuenta metros de altitud y dicen que es el pueblo más alto de españa los montes estaban nevados y las corrientes bajaban heladas buscando entre mi ropa cualquier hueco donde meterse la chaqueta los guantes los calcetines lo peor era el frio en pies y manos después de unos kilómetros llaneando me detuve en un puente que salvaba uno de tantos torrentes que bajaban por las montañas me puse a saltar como un loco para entrar en calor atreviéndome incluso con un taconeo flamenco si no me quita el frío que me quiten lo bailao ole pegué un trago de agua del bidón a temperatura ambiente es decir helada y continué pedaleando ahora eran mis manos las que se quejaban conseguía aliviar ligeramente el dolor haciendo puñetas con los dedos sobre el manillar pero cuando empecé a descender ya no hubo remedio las manos me dolían horrores los guantes no estaban diseñados para esas temperaturas apenas podía presionar las manetas de freno y no sentía los dedos de los pies el pueblo se veía ahí mismo abajo pero el descenso se hacía interminable nada más entrar en trevélez me metí en el primer bar que encontré y pedí un café con leche hirviendo recupere la temperatura poco a poco y después salí a buscar alojamiento trevélez es un pueblo típicamente alpujarreño con sus partes alta media y baja conectadas por calles estrechas que se cruzan entre sí parecía un lugar estupendo para jugar al escondite pero mejor en verano en diciembre te puedes quedar tieso esp veranda que te encuentren en la televisión del par del pueblo el hombre del tiempo anunciaba la llegada de un frente polar que traía nieve lluvia hacía días que hace frente me perseguía el mapa mostraba mal tiempo en toda la península excepto donde yo estaba la suerte del novato la estrella del viajero fuera lo que fuese bielas para que os quiero pensé al día siguiente continúe por la carretera que limita con el parque natural de sierra nevada alternando ligeros subi bajas pasando por bérchules balcón de la alpujarra y laroles donde hice noche desde allí a lo lejos ya se podía haber incluso un trocito de mar sin contratiempos y sigue la carretera a trescientos cuarenta y ocho entré en la provincia de almería pase por padules y llegué a institución otro pueblito blanco y de rasgos árabes está ubicado en un lugar privilegiado en una plataforma elevada sobre el río andarax desde donde se podían divisar al fondo las montañas ya nevadas de las alpujarras