#275 Veneno de Katherine Mansfield 5d441y

Bienvenidos a relatos de misterio y suspense el podcast en el que te sumergirás en el mundo del misterio y la intriga estás listo para experimentar emociones intensas y descubrir los secretos más oscuros si es así has llegado al lugar gar correcto en cada episodio te presentaremos relatos fascinantes y escalofriantes que te mantendrán en vilo hasta el final desde historias de fantasmas hasta crímenes sin resolver exploraremos todos los rincones del universo del misterio y el suspense así que si te gusta sentir la adrenalina correr por tus venas y tener la sensación de que algo te acecha en la oscuridad este es el podcast perfecto para ti prepárate para vivir los misterios más impactantes en relatos de misterio y suspense baúl de libros presenta relatos de misterio y suspense hoy presentamos veneno escrito por katherine mansfield veneno es un relato de terror de la escritora neozelandesa katherine mansfield escrito en mil novecientos veinte y publicado de manera póstuma en la antología de mil novecientos veinticuatro algo infantil y otras historias veneno prescinde de los elementos típicos del cuento fantástico de lo sobrenatural para lograr una atmósfera verdaderamente inquietante y un desenlace a la altura de la exquisita sutileza a la que nos tiene acostumbrados esta notable autora podemos pensar que veneno de katherine mansfield es después de todo un relato psicológico que a lo largo de él los personajes principales solo brindan ligeros indicios rastros exiguos de lo que se avecina en los últimos párrafos el correo tardaba cuando volvimos de nuestro paseo después del desayuno aún no había llegado pasan co madam cantó annette escabulléndose hacia la cocina llevamos nuestras cosas al comedor la mesa estaba servida como siempre la vista de la mesa arreglada para dos sólo para dos tan acabada tan perfecta que no dejaba lugar para un tercero me producía un extraño estremecimiento como si hubiese sido golpeado por aquel resplandor plateado que vibraba sobre el mantel blanco las copas brillantes y el tazón poco profundo lleno de flores amarillas dichoso cartero que puede haberle ocurrido exclamó beatriz deja estas cosas por ahí querido donde las quieres ella levantó la cabeza y sonriéndome con su modo suave y burlón dijo tanto en cualquier sitio pero sabía que tal lugar no existía para ella ya habría preferido quedarme durante meses sosteniendo la botella de licor y los pasteles antes que arriesgarme a producir el más ligero sobresalto a su exquisito sentido del orden dámelos yo los guardaré los dejó caer sobre la mesa junto con sus guantes largos y una canasta de higos me asió por el brazo salgamos a la terraza la sentí estremecerse hyacinth dijo tenuemente de la cocina había notado hacía dos meses que vivíamos en el sur que cuando quería hablar de comida del clima o sencillamente de su amor por mí siempre empleaba el francés nos sentamos bajo la marquesina beatriz estaba inclinada mirando a lo lejos hacia la carretera blanca con su defensa de cactus espinosos la belleza de su oreja tan solo su oreja tan maravillosa que habría podido dejar de mirarla y gritar hacia toda aquella extensión de mar centelleante que teníamos debajo iba vestida de blanco perlas blancas alrededor de su garganta y lirios