27. ¿I-ke-andas haciendo? 1j2v5g

Bueno tío, vamos a ver si podemos grabar hoy, porque tienen un jaleo los vecinos.

Joder, menudas hostias, estábamos grabando hace 5 minutos, ¿no? Ya, ya, ya. Lo has escuchado, ¿no? Joder, estoy aquí con los dedos cruzados en plan, ¿pararán? ¿Podremos grabar? Yo creo que sí, o sea, a estas horas.

Si no, bajamos abajo y sacamos aquí...

¡A repartirnos, va! Al pitbull.

Al pitbull, al pitbull. ¿Cómo que decía pitbull? Dale.

Dale.

Pues, musiquita, ¿no? Dale.

Dale.

Bienvenidos a Bocachangleando, el podcast que sabes cómo empieza, pero no cómo acaba, con David Lartuna y Edgar Herena.

Bueno, como te decía antes, vamos a ver si podemos avanzar hoy el programa.

¿Qué están haciendo aquí abajo, tío? Es que no lo sé.

A ver, porque si están montando una fiesta, bajamos también y, oye, leen por saco al podcast.

Tengo dudas de... Hay tres opciones.

Que haya una fiesta, que yo creo que no.

Dos.

Que se hayan comprado cuatro sillas del Ikea, las estén montando.

¿Qué puede ser? Yo creo que van por ahí los tiros, porque veo unos golpetazos de martillazo que digo, a ver...

¿Cuál es la tercera teoría tuya? Que estén de reformas, pero no sé, o sea...

No, o sea, escucho mucho golpe, pero no el típico golpe...

Pa, pa, pa.

Vale, vale. Pensaba que esa era tu tercera teoría.

Esa es la tercera teoría.

Me están buscando aquí o un B o...

Pues ya serían cuatro.

Bueno, el caso.

Yo, por suerte, no recuerdo...

Bueno, sí que recuerdo, ¿no? Pero me queda muy lejos ya la última vez que hice reformas, tío.

Ya.

¿Se recuerdan bien o se recuerdan mal? Porque yo sé que nuestras parejas se lo pasan bomba, yendo a Ikea, yendo ahí, que si al Masons Dumont, que si no sé qué, que seguro que todo el mundo ha ido ahí a perderse.

Pero yo recuerdo que la tarjeta de crédito va...

Ya, ya.

Cuatro sillas por aquí.

Como quema, ¿eh? Una mesa por allí.

Como quema.

Que si ahora el recibidor, que si ahora no sé qué.

Y eso a mí me duele la cabeza solo de pensarlo, tío.

Yo, lo que más mal recuerdo...

O sea, yo odio las obras por el hecho de...

No te hablo de comprar muebles, ¿eh? Voy a ir a lo gordo ya.

Hacer obras.

Reformas, lo que son reformas.

Esto de estar limpiando polvo cada cinco minutos, aunque nadie esté trabajando...

¿Te refieres a hacer obras tipo ya tirar tabique? Sí.

En plan obra, obra, ¿eh? Nosotros no vinimos aquí a vivir, y por suerte no tuvimos que hacer reforma, excepto en el baño.

En el baño tuvimos que tirar entero.

No sabes eso.

No sabes tú eso, ¿eh? Claro, sacas todas las baldosas.

Al final no...

Lo hicieron profesionales, pero al ser familia, pues nosotros también ayudábamos.

Todo queda en casa, claro.

No le dimos que decir, venga, te pago, y yo me olvido, y...

Entonces, baja las runas, sube material...

Pues así estoy yo, que me tuvieron que operar de una hernia en la ingle.

De tanto peso y mierda que tuve que comprar.

Pero bueno, todo esto es...

¿Y mientras tanto? ¿Dónde haces tus necesidades? Porque claro...

No, nos dejaron el váter, por ejemplo...

El bar.

Ibas al bar.

Iba al bar.

El váter lo dejaron puesto, pero no collado al suelo.

Entonces, siéntate, pero con cuidado.

Hay sentadilla...

Sí, básicamente.

Que todo vaya al desagüe, y no se vuelque, ¿sabes? Y que vaya de verdad, porque si no montas ahí la de Dios...

Eso fue provisional, porque, como decía, al ser familia, eso se iba haciendo en ratos libres.

Fines de semana, o alguna tarde...

Ya.

Porque esta gente, pues, trabajaba durante la semana, ¿no? Obviamente.

Nos tiramos tres semanas cagando con el váter que bailaba, ¿sabes? Unas piernas ahí que...

Ni Roberto Carlos.

Al final es lo que tiene, ¿no? Querer tener...

Bueno, ya no te diré la casa de tus sueños, porque la casa de tus sueños siempre será más grande de lo que tienes.

Evidentemente.

Evidentemente.

Pero sí que dejarla lo más a tu gusto posible, dentro de tus posibilidades, tanto económicas como de espacio, ¿no? Claro.

Sí, sí.

Nosotros, por suerte, siempre tenemos nuestras interioristas, que son las que hacen ahí el resto.

Yo pongo el coche.

Tú, amén, a todos.

Sí, sí, mi ama, por supuesto.

¿Qué te gusta más, el rojo o el verde? El verde.

Ah, pues el rojo.

No, por suerte, a ver, creo que buen gusto también debemos tener, porque ya la tendencia es a poquita cosa.

Ya no tan recargado como antes.

Me acuerdo en el comedor de mi casa de mis padres, que era como empotrado, en el comedor hasta arriba, las VHS, las películas, toda la cubertería.

Y ahora tienes una mesa fina, la tele encima y poco más.

Y dos estanterías así salteradas.

Y un par de cajones, ¿no? Y ya está.

Que son estanterías que están ahí para rellenar, porque yo tengo cosas que no uso.

Museo.

Es un museo.

Un museito ahí con dos estanterías.