203: Dolor por Kyrie Irving 5z3m4l

Hola, ¿qué tal? Yo soy Davich Sánchez y este es el episodio 203 del podcast de MvManiacs.

Poco antes de sentarme en la silla que ahora me siento, Sam Sarania ha dado la noticia que ninguno, o casi ninguno, porque haters siempre habrá, queríamos escuchar.

Kairi Irving, que ayer se marchaba entre lágrimas por los vestuarios del American Airline Center apoyado en los hombros de staff y compañeros que era como decir los hombros de toda una ciudad, la de Dallas, sufre una rotura del ligamento anterior cruzado en su pierna izquierda. Ahora, dentro de un ratito, charlaré con Jacobo León sobre las implicaciones que tiene esto para los Mavericks y para la propia competición, que es bastante importante. Pero ahora me quiero permitir el lujo de hablar de Kairi Irving. Kairi Irving, que es el máximo ejemplo de aquello de el jugador favorito de tu jugador favorito. Un jugador que ha llevado lo de ser anárquico a otro nivel.

Lo ha sido dentro de la pista, donde recordemos que protagoniza uno de los tiros más importantes de la historia de NBA en un equipo donde actúa al margen del sistema, como el mayor de los versos libres, pero sobre todo lo ha sido fuera de la pista, donde sus comportamientos le llevaron a ser desterrado por la propia NBA hace no tanto tiempo. Y es que no sé si recuerdo un paso de villano a héroe tan drástico como el suyo.

Más allá de sus últimas semanas, emocionantes a rabiar, liderando a alga en minutos desde Adiós de Donchik, no tengo miedo a decir que su versión en Mavericks es la mejor que le hemos visto. Desde que puso un pie en Dallas, se mostró como ese líder que soñaron un día en Boston. Aquel que él mismo reconoció no haber podido ser parado Jays y todo aquel parque de infancia repleto de talento.

Los que me vais conociendo sabéis que detesto hablar en futuro. Porque el mañana no existe en el deporte. En realidad, en la vida tampoco. Hace dos días estábamos hablando de a posible dinastía de Denver o de Zion como cara de aliga. Mañana, nadie sabe. Pero con las lesiones, me cuesta mucho no ser pesimista.

Más si cabe cuando llegan el mes que se cumplen 33 años y parten un cuerpo que necesita tanto de cambios de ritmo y dirección constantes. Ojalá me equivoque. Ojalá me equivoque y dentro de 14 meses, o los que sean, vuelva aquí pensando que fui imbécil. Imbécil por despedir antes de tiempo al bote más virtuoso que vi.

A una ristra de finalizaciones imposibles sin distinguir mano. A esos tobillos que contorsionan hasta lo inverosímil. Ojalá. Pero por si acaso, he aquí mi homenaje a la carrera, momento y personaje de Kairi Irving. ¡Qué puta mierda todo! Después de este inicio tan lacrimógeno, tan triste, toca alegrar un poco el tono aunque tampoco muchísimo. Tampoco muchísimo porque estoy decepcionado de que aquí no estén todos los que deberían estar. Pero yo creo que con Jacobo, que creo que está siendo mi compañero más recurrente semana tras semana, es suficiente. Buenas tardes, Jacobo.

Buenas, ¿qué tal, David? Sí, yo no sé si mereceré muchos galardones, pero al del mejor compañero del año yo quiero aquí postular con fuerza y darle un golpe sobre la mesa. Sí, sí, el premio Michael Bridges te vas a llevar 82 partidos sin ningún tipo de descanso. Bueno, igual el premio Tontibodo, que queda más armando. Obviamente lo contaba en la introducción del programa que no queríamos hablar de esto hoy. Tenemos muchísimos temas de los que hablar, pero al final la actualidad impera, la lesión de Kairi Irving.

He hablado de ello más a nivel personal, pero ahora vamos a hablar un poquito de cómo afecta tanto a la temporada de Dallas como a la de propia NBA, que recordemos que hace no tanto teníamos a Alda Mavericks, quizás como el segundo candidato a Oeste, que es verdad que se nos cayeron pronto porque la temporada desde muy pronto de verdad parecía lo que está pareciendo.

Es decir, una catástrofe de lesiones de proporciones bíblicas. Tanto Donchich como Irving también sufrieron lesiones al principio, después llegaron P.J. Washington, Quentin Grimes, Najee Marshall, etcétera, etcétera. Y que ahora yo creo que podemos decir que Borróni cuenta nueva y esperemos a ver si el proyecto de Nico Harrison no se ha acabado antes.