19x02. Juegos retro con Carlos Sanchez 261i6w

Pues bueno, Carlos, ¿qué? ¿Cómo va la cosa esta de por aquí? Pues bien, todo guay.

¡Oh, chicos! ¿Estáis ahí? Me gustaría deciros que no estamos en el plano de Dos Calvos y Medio.

Sois muy avispados.

Estamos en casa de una persona a la que queréis mucho.

Y esa persona se llama...

¡Carlos Sánchez! ¡Carlos Sánchez! Ahora sí, bienvenidos a un episodio más de Dos Calvos y Medio.

Esta vez en un sitio...

¡Pues coño, voy a bajar la música que nos peta la cabeza! ¡Carlos Sánchez! ¿Tú sabes lo bien que estuve grabando cuando me fui solo, tío? ¿Te lo digo en serio? Sí, pero ¿sabes con quién no ibas tampoco? ¡Con Carlos Sánchez! Bueno, pues como veis, estamos en un plato diferente.

Nos acompaña nuestro querido amigo que es...

¿La tercera? ¿La segunda? ¿La tercera? Tres y media.

Dilo, dilo, dilo.

No, a ver.

Cosas que pasan.

Se nos vio grabar.

Acuérdate lo que nos pasó contigo, pues no ha vuelto a pasar.

¿El plural? ¿En este fallo el plural? ¿Cuántos somos? Los que sabéis enchufar cosas.

¿Cuánto hacemos el programa? Dos y medio, ¿no? El de las maquinitas eres tú.

Y el de las vocecitas eres tú.

Bueno, pues bienvenidos al...

Capítulo...

22, 21, 18...

No tengo ni puta idea.

Te puedes inventar cosas.

Dos y medio en un plato especial.

Bonito, preciosísimo.

Que cuando me vaya yo de aquí, algo caerá para el bolsillo.

No caerá nada.

Y Manel, ¿qué vamos a explicar? Bueno, ¿qué nos va a contar Carlos? Bueno, pero ya directamente vamos a avasallarlo.

No sé.

No sé lo que vas a comentar.

¿Por qué vais a hablar de fútbol? Bueno, porque yo me puedo arriesgar sin saberlo, porque esto hoy es viernes, ¿no? Eh, no.

Hoy es viernes, Carlos.

Hoy es jueves.

Ha roto la magia.

Ha roto la tercera pared.

Pues entonces hoy puede ganar a Liga del Barça.

Hoy ya lo habrá ganado.

¿Y mi bebida? Allí, encima de la tele.

Pero entonces podemos hablar de uno de los temas más bestias de esta semana.

Paso por medio, ¿eh? No, la Retro Barcelona fue hace dos.

No, la Retro Barcelona lo estamos monetizando.

Al igual que podemos monetizarlo.

Me refiero a Fran. Cuesta Fran de la Jungla.

Buen tema, ¿eh? Bueno, sí.

Buen salseo, tío.

¿Qué pasa? ¿Que todos los juegos que tenía eran repros? Era una broma, Fran de la Jungla.

Buena caída de mito.

El papel se ha pasado.

Ahora dice que no.

Ahora dice que sí que tiene un cáncer hasta los ojos.

Ahora dice que sí.

Dijo que todo lo que ha dicho fue una cosa que se le dijo el chi ese para que así dejara de avasallarlo.

Vaya pásalo el chi también, eh.

No lo trago, tío.

Pero que puede ser que mañana salgan vídeos de Fran follando.

A una cabra.

Bueno, no sé. En YouTube no lo dan.

Bueno, oye.

No, follando no saldrá.

Bueno, no sé si en YouTube.

¿Follando? No, no se puede salir.

¿Puedes darle una teta? ¿En Olifant se puede salir follando? Solo enseñar, ¿no? Hombre, para que la gente te vea.

Bueno, a tu mujer.

Y a la tuya, ¿qué? Claro que se puede follar.

Estamos aquí a faltar.

Mi sobrina quiere ver el vídeo, tío.

Vale, pues eso se lo dices al calvo ese.

Lo quieren ver el vídeo.

Pero Fran de la Jungla lo dan por la tele.

Ya, pero lo de follar y eso.

¿Le puedes poner pi y todo eso? Da trabajo.

Un pi y ya está.

Al principio ya está.

¿Cuántos años tiene tu sobrina? Tiene ocho.

Está pensando solo en decirlo.

Vale, me voy a ahorrar el chiste.

Ocho y doce.

Yo soy muy malo para eso.

Bueno, para la de DiCaprio son unas viejas.

Ya te lo digo ahora.

Michael Jackson y te cuento.

Bueno, es igual, va.

Ponle pi, tío, por favor.

¿Ponle pi? Pero ¿cómo le voy a mear a las pobres chiquillas? ¡No! Otro podcast que no monetizamos.

A ver, vamos al turrón.

Vamos a hacer hoy cosas.

Vamos a hablar de...

¿De construcción? ¿De política? No, de Fran de la Jungla.

Y vamos a jugar luego a juegos. Bueno, ya hemos jugado.

No, pero jugaremos otra vez.

Guiño, guiño.

Jugaremos con una tele que tenemos aquí.

¿Y con otra ropa? Sí, con otra ropa.

Tú igual.

Yo no he querido romper la magia.

Pues la magia ya la rompí yo cuando no se grabó.

Bueno, la rompí yo.