RJ 244 | No es “el Pelicot catalán”. Para cuando supo de Pelicot, él ya tenía club de socios. 62226o

Amigas, oyentas, escuchariado en general, soy Barbie Japuta. Bienvenidas al podcast sobre el único feminismo sensato que existe. El radical.

Radio Japuta, el podcast que sueña con la revolución feminista violenta.

Esta semana se ha destapado uno de esos casos completamente aislados, locos, que incomprensibles para la mente humana, casi que extraterrestres. Uno de esos casos que, por supuesto, nada tienen que ver con que exista una cultura de la pederastia y un sistema que la protege.

Los Mossus de escuadra investigan a más de 30 hombres que acudían regularmente al domicilio del electricista T.L.M. en hospitales de Llobregat para violar a menores. T.L.M. ya ha sido apodado como el pelicot catalán. Sabemos que tiene 45 años, sabemos que era electricista, pero no sabemos ni cómo se llama ni cómo es su cara.

La Fiscalía pide 107 años de prisión para este pederasta, que no solo violó durante años a una niña tutelada por la Generalitat, desde que ya tenía 12 años, sino que además buscó activamente a otros hombres para que hicieran lo mismo.

Cuando los Mossus iniciaron la investigación, encontraron en el ordenador de T.L.M. más de 12.000 archivos con contenido pederasta de todo tipo. Este material, por supuesto, lo compartía con otros pederastas. Pero lo más escalofriante es que cientos de esos vídeos fueron grabados por el propio T.L.M. y sus compinches. Hasta el momento hay al menos 30 implicados, de los que solo se ha encontrado a 16, y 25 víctimas identificadas que fueron agredidas y grabadas por sus verdugos. La mayoría son varones de entre 12 y 17 años.

Tampoco se ha podido localizar a todas las víctimas.

Otra vez toca sufrir a los medios de comunicación llamando monstruos a estos hombres, o incluso apodar como el pelicot catalán al primer investigado. Como si esta práctica fuera una cosa que inventó Pelicot en el siglo XXI. Estos tipos llevan violando a criaturas en hospitales de Llobregat mucho antes de que supieran siquiera que Pelicot existía.

Esto no es una inspiración. Pelicot no fue una inspiración. Esto no es una cosa que venga de fuera, ni es una excepción, ni es un caso aislado, ni ellos son monstruos.

Pelicot es el sistema patriarcal con todos los engranajes engrasados y funcionando como debe funcionar. Es decir, en silencio, en secreto y sin consecuencias. No son monstruos, son hombres. Hombres con una vida, con un trabajo, con una familia. Hombres que buscan a otros hombres y los encuentran muy fácilmente para poder compartir a sus presas. Son hombres que viven arriba nuestra, que nos atienden en la panadería, que bautizan a nuestras sobrinas, que nos hacen la instalación eléctrica, que tienen familia y duermen mejor por las noches que tú y que yo.

Hay un montón de elementos que favorecen que estos depredadores sexuales se lleven años o incluso la vida entera acumulando víctimas sin que nadie se entere, sin que nadie sospeche siquiera. Las plataformas y redes sociales son uno de esos elementos.

De hecho, en varias de ellas TLM tenía perfiles falsos para prostituir a la menor tutelada.

Y no es menor la dimensión cultural, porque en los sistemas patriarcales, aquí y en Pekín, se celebra la masculinidad violenta y la violencia sexual. Desde series y anuncios y contenidos de todo tipo a bandas de música que llenan estadios, donde en muchedumbres ingentes corean letras donde se sexualiza incluso a niñas. Luego, cuando se destapa un caso como este, se da cuenta que el tipo es casi como un animal mitológico, mitad humano mitad monstruo.

Llamarlos monstruos es otro elemento necesario para que la sociedad no explote y poder pensar así que esto ocurre fuera de nuestro tejido social. Así las niñas y mujeres pueden seguir creyendo que el problema está en la mala suerte de toparte con un loco, no que a los hombres se les encumbra y educa para que, en realidad, no.