¿Heredas o trabajas? Cómo heredar ya es tan importante como trabajar 2j3y2o

26/05/2025

Vivimos en una heredocracia. Hoy en día, heredar es casi tan importante como trabajar. Las...

Vivimos en una heredocracia. Hoy en día, heredar es casi tan importante como trabajar. Las herencias crecen como nunca, mientras que los sueldos se quedan estancados y la vivienda es cada vez más inaccesible. Lo que antes se podía lograr con trabajo y esfuerzo, ahora depende cada vez más de lo que te llegue de tus padres. Una alteración total del ciclo de la vida de las últimas décadas. Lo analizamos con Rodrigo Terrasa, periodista de EL MUNDO
See omnystudio.com/listener for privacy information.

La verdad sobre la guerra de Ucrania 5 días 15:20 La trama del 'hermanísimo': Gallardo, el PSOE extremeño y un aforamiento exprés 4 días 14:40 La 'fontanera' del PSOE: claves del último escándalo del Gobierno 3 días 15:25 ¿Por qué el Bitcoin está en máximos históricos? 2 días 13:34 La batalla de las comunidades por los médicos del MIR 9 días 13:37 Ver más en APP La gran mentira de la meritocracia La meritocracia no existe La meritocracia son los papis Sáb, 31/05/25 09:03 Responder soy uno de los futuros herederos de los baby boomers; mis padres son de los mayores de todos ellos, nacidos a mediados de los 50. De hecho heredaré más de una casa de ellos. Son una generación endurecida, endurecidísima. Su infancia comenzó sin agua caliente ni nevera ni televisor y con aseos comunitarios. Mis abuelos nunca los llevaron de vacaciones a la playa; mis abuelos sufrieron la guerra y el hambre que vino después. Mis padres ahorraban cada peseta ahorrable para pagar la hipoteca y mi colegio, mis libros de texto, mis uniformes. Cuando pudieron ahorrar un poquito más, se compraron una segunda vivienda, modesta, como la primera. Regateaban en cada comercio, en cada nuevo coche, en cada compra de el corte inglés. Compatibilizaron trabajo y estudios; los fines de semana, mi padre pasaba horas y horas durmiendo reponiéndose de la paliza semanal. Por supuesto, nada de cañitas por las tardes un martes o salir a cenar salvo en contadísimas ocasiones. No me voy a poner abuelo cebolleta, pero cada euro que han ganado ha sido con el sudor de su frente, y cada euro ahorrado lo fue a costa de renunciar a cosas que nosotros damos por sentadas y a las que no queremos renunciar; que casi consideramos "derechos adquiridos" (háblenle a ellos de aire acondicionado en casa, en el metro o en el bus, de reparto a domicilio, de cine a demanda o de marisco a precio razonable en el supermercado, por no hablar de la consabida escapada de un puente que no tenían porque sus empresas no se lo permitían, en ningún caso). Creo que son un retrato de toda una generación. No tengo ninguna prisa por heredar. Quiero disfrutar de ellos todo lo que sea posible. Y creo que en absolutamente todo, excepto el mercado de la vivienda, lo pasaron mucho peor que nosotros materialmente, desde cualquier perspectiva. Creo que el mercado de la vivienda (y la demografía, y la inmigración) les fueron, en eso, y quizá solo en eso, favorables. No me cambio por ellos, y creo que si vosotros lo hubierais pensado 30 segundos, tampoco os cambiariais por ellos. Mar, 27/05/25 13:19 Responder Si si, que se lo digan a Felipito Tacatum, que por nacer del miconio que nació ya tiene la vida arreglada sin tener que pegar ni chapa en su puñetera vida. Peor la leti, que esa si que ha tenido que tragar pa poder vivir del cuento de princesas. Mar, 27/05/25 10:52 Responder Vaya, resulta que la generación de los hoy jubilados (70-80 años), se compraban una casa sin problemas, tenían buenos sueldos, igual que los de 40-50. Vamos, estudiaban, y a trabajar con un buen sueldo, y comprar una casa era muy accesible. Qué análisis más simplista y parcial. Los jóvenes de hoy no lo tienen fácil, pero tampoco fue nada fácil para los jóvenes de los años 60, o de los 80, o del 2000. Un poco de rigor. Mar, 27/05/25 04:53 Responder 442g2i