Descargar APP gratis en APP Store 72434n
Descargar APP gratis en Play Store
Así pues, había comenzado en Madrid un juego extraño y, para muchos, fatal. Miaja, el...
Así pues, había comenzado en Madrid un juego extraño y, para muchos, fatal. Miaja, el generalísimo político y militar, seguía controlando una tercera parte de España, incluida Valencia. Contaba con 500.000 hombres armados, y sus cuatro ejércitos (mandados por los generales Moriones, Escobar y Menéndez y el coronel Casado, respectivamente) no habían sido derrotados. Pero el general Matallana, jefe militar de estos ejércitos ya había caído en la traición o en el derrotismo, al igual que el coronel Muedra, su jefe de estado mayor. El propio Miaja estaba desmoralizado y residía normalmente en Valencia. El «comunismo» de muchas de estas personas demostró ser una ideología buena para los tiempos de prosperidad. Militares procedentes básicamente de la clase media y alta, como el propio Miaja, Burillo, Matallana, Moriones o Prada, que unos años antes se habían dejado impresionar por los comunistas, se alejaban ahora de éstos como si huyeran de un barco en que estuvieran refugiados y que se hallara a punto de zozobrar.