RUIDO - Episodio 9 5h6k6u

El concepto de que la música que puede representar un peligro para el intérprete y la audiencia (más allá de los riesgos obvios de pérdida auditiva o daño de las cuerdas vocales) es relativamente nuevo y puede rastrearse hasta las partituras y acciones de Dick Higgins de principios de la década de los 60s. Higgins fue un escritor, editor, artista y compositor que estudió con John Cage en la ahora famosa clase de la New School for Social Research, que también incluía a Jackson Mac Low, George Brecht, Allan Kaprow y Al Hansen. Aunque fue uno de los primeros de Fluxus y uno de sus colaboradores más importantes, Higgins ha sido olvidado en gran medida por la historia en favor de sus compañeros más famosos. Además de sus actividades como artista y compositor, acuñó el término intermedia y fundó la icónica The Something Else Press, una de las editoriales estadounidenses más importantes de Poesía Concreta y textos de vanguardia durante los años 60s y 70s. Donde los cambios de paradigma en el pensamiento musical casi siempre son recibidos con miedo por las generaciones anteriores, Higgins hizo que ese miedo fuera una realidad más palpable al crear acciones con la posibilidad real de peligro para el intérprete o el público, en algunos casos llega inclusive a ser poco probable que algunas de estas obras lleguen a ser interpretadas. A estas piezas Diggins les dio el nombre de Danger Music (música de peligro) y presentamos la pieza número 2 y número 17. La número 2 consiste en dividir un paquete grande de incienso entre la audiencia de un cuarto moderadamente grande, preguntarle a cada persona que queme su incienso, todos al mismo tiempo hasta que todo quede en oscuridad. Las instrucciones de la número 17 consisten en !Gritar! !Gritar! !Gritar! !Gritar! !Gritar! 6ok5l