Edificio Windsor…Misterios e incógnitas 20 años después. 5r631m

¡Buenas noches, centinelas! Pues me van a perdonar pero tengo que empezar este programa dándola gracias a todos los centinelas que han depositado su confianza en ese nuevo proyecto que bautizamos en su momento como centinelas por el mundo y que tuvo como primer destino Edimburgo. De verdad que sois fantásticos, fantásticas, valiosos a más no poder y si no existierais habría que inventaros, os lo digo de verdad.

Gracias también a Pedro Casablan y a Paco Álvarez, el romano, por ser tan buena gente y tan divertidos y por supuesto a mi productora Helen Bustos, madre mía, qué gran trabajo y qué orgulloso me siento de ti, querida hija. El Real Madrid un gran fichaje contigo y fíjate tú, sin pagar la cláusula. Incluso gracias a Sancho, que estuvo a punto de morir estrangulado por un exceso de profesionalidad, aunque esto él no lo sabe. O tal vez sí. Venga, ahora toca volver a la normalidad y esperar al siguiente viaje, tal vez a Auschwitz, Pompeya, Roma... Ustedes mandan.

Por cierto, y para no perder las buenas costumbres, hágame caso y escuchen el programa de la semana pasada, si aún no lo hicieron. Del caníbal de Ventas al descuartizador de Valdemoro. Es de esos que te ponen de muy mala leche, pero que desgraciadamente nos dejan claro, muy claro, cuánto de retorcida, repugnante, repulsiva y enferma puede llegar a ser la mente humana.

Soy Carlos Bustos, el centinela del misterio, vuestro centinela del misterio. ¿O no? Hace 20 años, 15 días y unas pocas horas, Madrid se despertó estremecida y sobrecogida, incluso me atrevería a decir que triste, muy muy triste. ¿El motivo? Pues que uno de sus rascacielos más emblemáticos ardió la noche anterior por los cuatro costados y durante más de 24 horas exhibiendo a todos los madrileños con los primeros rayos del sol su desnudo, humeante y ennegrecido esqueleto de hormigón. Por aquel entonces, e incluso a día de hoy, se siguen escuchando voces, muchas de ellas autorizadas y competentes, que aseguran que el incendio del edificio Windsor fue indudable y absolutamente provocado.

Pero la realidad es que se terminó archivando la causa debido a que no se apreciaron responsabilidades penales en lo ocurrido y se demolió en tiempo récord un edificio que decían que amenazaba colapso cuando infinidad de expertos aseguraron y aseguran en la actualidad que la estructura del edificio Windsor estaba intacta y técnicamente era imposible que colapsara por culpa de ese incendio.

Queridos centinelas, a mí personalmente, 20 años después del siniestro y 8 años después de mi primera investigación exhaustiva, concienzuda y sin duda.