Descargar APP gratis en APP Store 72434n
Descargar APP gratis en Play Store
18/05/2025
Hemos recorrido juntos una historia silenciada, una que no figura en los manuales ni se predica...
Hemos recorrido juntos una historia silenciada, una que no figura en los manuales ni se predica desde los púlpitos. Hoy llegamos al final del camino… o tal vez al principio de todo. Porque lo que empezó como una caída en los cielos, una rebelión entre ángeles, una historia susurrada entre sombras y ruinas, ha terminado revelando algo mucho más cercano, más inquietante, más humano. Hemos hablado de los Nephilim, esos gigantes nacidos del cruce entre los hijos del cielo y las hijas de la tierra; de los Elohim, aquellos “dioses” en plural que aparecen en los textos sagrados mucho antes de que nos hablaran de un solo creador. Hemos descendido con los ángeles caídos, aquellos que eligieron romper el orden por amor, por deseo o por compasión. Y nos adentramos en la gran grieta: la rebelión de Lucifer, no como símbolo del mal absoluto, sino como figura trágica de la desobediencia luminosa.
A lo largo de estos cuatro capítulos, lo que se nos ha mostrado no es sólo una historia alternativa, sino una memoria enterrada bajo siglos de dogma, fuego y miedo. Hemos visto cómo se construyó un relato único y domesticado, cómo se impuso el silencio, cómo se tacharon los nombres, se ocultaron las ruinas, se destruyeron los textos y se ridiculizó todo aquello que no encajaba en el guion del poder. Hemos tocado el filo de una verdad incómoda: que tal vez, los caídos no fueron los malos… y que tal vez, nosotros también fuimos expulsados de algo que aún no recordamos del todo.
Hoy, antes de reflexionar sobre todo lo vivido en estos cuatro capítulos, hablaremos de la ultima caída. No mas antigua pero si mas profunda y cercana. No ocurrió en los cielos, sino aquí, en esta tierra, en este cuerpo, en esta carne que aún recuerda. Porque mientras unos descendían por elección, otros eran expulsados por decreto. Y en medio de aquel jardín cerrado, el conocimiento también fue prohibido, y el despertar castigado. Hablamos de los primeros desterrados, los primeros portadores de conciencia, los que fueron arrojados del Edén no por odio… sino por atreverse a ver.
Adán y Eva. Los otros caídos. Los que no bajaron desde el cielo, sino que cayeron desde dentro. Y tal vez, solo tal vez, su exilio fue el principio de nuestro verdadero camino.