#67 🇪🇨 Viajeras, jóvenes y asesinadas: ¿qué pasó con Marina y Majo en Ecuador? 2s66j

Lo último que se supo fue que estaban buscando alojamiento. Tenían que coger un bus, volver a Guayaquil y de ahí empezar el camino de regreso. Pero nadie volvió a leer un mensaje suyo. Nadie volvió a escucharlas.

Hoy, en Pasaporte Criminal, la historia de Marina Menegatso y María José Coni. Dos mochileras argentinas, un viaje por Sudamérica y un último destino del que no salieron.

Pasaporte Criminal, un podcast de crímenes a viajeros y viajeros criminales que te dejarán.

Hola, hola mis queridísimos viajeros criminales. ¿Cómo va la cosa? Ya estamos más cerca del sol, tumbona y mojito. No desesperéis porque ya está a la vuelta de la esquina.

Bienvenido o bienvenida si acabas de llegar a este programa de crímenes a viajeros o turistas criminales por cada esquina del mundo. Yo sigo siendo la de siempre, ararró, murciélaga con Z en redes sociales, periodista, blogger de viajes en EstoNoEsLoQueParece y también con Z.com, un lugar donde encontrar guías gratuitas de destinos internacionales, nacionales, donde saber qué hacer y no solo eso. También tengo una página de descuentos para tus próximos viajes.

Viajes a los que no te puedes ir sin tu seguro y a ti. Hazme caso porque es muy seria la cosa. Cada vez son más los destinos donde desde las propias páginas de asuntos exteriores te recomiendan llevar una buena póliza para evitar sustos y problemas. Así que ya sabes, entra en iatiseguros.com y reserva el tuyo. Y como siempre te recuerdo que tienes un descuento pinchando en el enlace del texto. Y ahora sí que sí, abróchate el cinturón que despegamos.

Todo empieza como otras tantas veces, dos amigas, una mochila, ganas de comerse el mundo y la promesa de un viaje que se va a recordar toda la vida. Marina Menegazzo y María José Coni salieron de Mendoza el 10 de enero de 2016 con un plan tan sencillo como ambicioso, recorrer Latinoamérica por tierra, cruzar países, conocer gente y culturas sin ostentaciones, con una mochila al hombro y durmiendo barato. Ellas querían que fuese una experiencia auténtica, algo que les llenase el alma y que no vaciase demasiado sus bolsillos.

Marina tenía 21 años, estudiaba Fonoaudiología en la Universidad de La Concagua, era la quinta de seis hermanos y tenía esa tranquilidad que te hace sentir que si viajas con ella, todo va a salir bien.

María José, o Majo, 22 años, estudiaba Economía en la Universidad Nacional de Cuyo. Ya había salido del país un par de veces, pero esta era la primera que se pagaba el viaje con su propio dinero, como contaría su padre más adelante. Iba orgullosa de la aventura que iba a comenzar junto a Marina y a otras dos amigas más, Agostina Cano y Sofía Sarmiento.

Marina y Majo vivían en Godoy Cruz, en Mendoza, y llevaban dos años colaborando en la Fundación Puente, donde cada domingo salían por la ciudad a repartir comida y mantas a personas sin hogar. Eran jóvenes entregadas, comprometidas, empáticas y, dicen que también, muy espabiladas y maduras.

Pues, como te digo, el 10 de enero de 2016 comienza el viaje de sus vidas en Chile, con esa primera sensación de cruzar la cordillera en bus y saber que ya no estás en casa.

Siguieron por Perú, donde evidentemente visitaron Machu Picchu, un lugar que no puede faltar en el libro de recuerdos de cualquier viajero. En alguna parada, Majo compartió una cita en sus redes que ahora resulta bastante inquietante.

La carga más pesada es, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud.